El fiscal Leonel Gómez Barbella pidió la indagatoria de otros tres policías de la Ciudad por el presunto delito de “encubrimiento” de una agresión de un uniformado contra un indigente con sus facultades mentales alteradas, al que causó la muerte tras aplicarle una patada en el pecho en plena vía pública.

Los hechos, que quedaron captados con singular crudeza en una cámara de seguridad, ocurrieron el 19 de agosto de 2019, cuando el policía Esteban Ramírez derribó con una sorpresiva patada a Jorge Martín Gómez, quien tenía un cuchillo de cocina en una mano y deambulaba desorientado por el barrio porteño de San Cristóbal. Entre las ropas de Gómez fue hallado un certificado de discapacidad.

El fiscal atribuyó al Inspector Principal Héctor Alejandro Febula, a la Oficial Primero Lorena Alejandra Luna y al Oficial Primero Sergio Daniel Sendra “haber actuado en forma conjunta y coordinada para ocultar, alterar y hacer desaparecer los rastros y pruebas del delito y ayudar a Ramírez a ocultarlos, alterarlos y hacerlos desaparecer a los efectos de que pueda eludir la investigación en su contra”.

Gómez Barbella es el fiscal que interviene en la investigación por el homicidio del joven futbolista de Barracas Central Lucas González, causa en la que hay tres policías detenidos por el crimen y 13 más por encubrimiento.

Febula, Luna y Sendra –según la acusación- “evitaron dar a conocer el suceso en forma inmediata a las autoridades judiciales, notificándolas en forma tardía e informando un ataque previo de Gómez portando el cuchillo sobre Ramírez, circunstancia que no ocurrió”.

“Las imágenes de las cámaras de seguridad son elocuentes en cuanto Gómez jamás se abalanzó sobre Ramírez ni a ningún otro preventor, sino que aquel fue quien directamente le propinó una patada en el abdomen, que provocó su fuerte caída y el golpe de la cabeza en el pavimento”, añade el pedido de indagatoria. El agresor Ramírez fue procesado y está en camino al juicio oral.

Según la imputación, los otros tres policías “alteraron la escena del crimen, que no se resguardó y manipularon objetos, sin ser debidamente incautados; callaron lo sucedido, otorgando una versión mendaz ante la presencia del personal médico que se presentó a auxiliar a la víctima haciendo insertar datos falsos en el expediente judicial y obviaron convocar a otra fuerza de seguridad distinta para la investigación”.

Tras el hecho que terminó con la muerte de la víctima, los tres policías –insiste el texto-   “se constituyeron en el lugar, conocían lo ocurrido y han actuado de formada coordinada para intentar lograr la impunidad de Ramírez”.