Una de las mejores amigas de María Marta García Belsunce, Nora "Pichi" Burgues de Taylor, declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, y criticó con dureza al primer fiscal del caso, Diego Molina Pico. También apuntó contra Nicolás Pachelo, el principal acusado, de quien dijo que la víctima le tenía miedo.

"Tuvimos la desgracia de tener un fiscal como (Diego) Molina Pico, un soberbio, un inepto", sostuvo Pichi Taylor al referirse al que llevo adelante el expediente del caso desde un principio. Y agregó: "No saben el daño que nos ha hecho".

Taylor también cargó contra Pachelo: dijo que María Marta le tenía miedo, y que una vez ella se lo cruzó al salir de la fiscalía y que éste le hizo un gesto amenazante, como de dispararle con los dedos.

La mujer declaró en la séptima audiencia del tercer juicio que se lleva adelante por el crimen ocurrido el 27 de octubre de 2002 en el country Carmel de Pilar y que tiene a Pachelo y los ex vigiladores Norberto Glennon y José Ortiz sentados en el banquillo de los acusados.

Taylor, quien al comienzo de la investigación estuvo imputada por encubrimiento, aunque luego fue sobreseída, dijo que el día en que murió María Marta le resultó raro que tuviera la remera mojada y las zapatillas llenas de agua, tal como le refirió John Hurti, pero el pantalón de jogging seco. “¿Habrá querido escapar por la ventana del baño que daba a una terracita?”, reveló que se preguntó a sí misma ese día. 

Caso García Belsunce: "Tuvimos la desgracia de tener un fiscal como Molina Pico”, se lamentó Pichi Taylor

“Todos decían que había sufrido un accidente en la bañera y luego como estuvieron ahí un policía y el fiscal (Molina Pico), la autoridad, y no dijeron nada, quedó que había sido un accidente”, rememoró sobre el día del velorio que se llevó a cabo el 28 de octubre. De esa manera, confesó, sus dudas iniciales, se disiparon. Hasta que, poco más de un mes después, se conoció que María Marta había sido asesinada. "Eso fue un nuevo cachetazo", dijo.

La mujer arremetió contra Molina Pico, a quien calificó de “soberbio e inepto” y resaltó entre lágrimas “el daño que nos hecho a mi familia, a mi matrimonio, a mis hijos. Ustedes no se imaginan (dirigiéndose al tribunal) lo que hemos pasado. La Policía fue a buscarme a mi casa para llevarme esposada. ¿Por qué tuve que vivir esto?”.

Taylor, que es médica veterinaria, contó que a María Marta la había conocido en 1984 y que se hicieron muy amigas, amistad que se intensificó cuando ambas pasaron a ser vecinas en el country Carmel. “Éramos muy unidas. Teníamos una relación muy estrecha. Nos veíamos todos los días. Era como parte de mi familia”, recordó.

Luego describió a la víctima como “una mujer de principios, una persona que tenía en claro lo que estaba bien y lo que estaba mal. Además era muy solidaria". También describió otros rasgos de su personalidad: “Era muy estructurada, rutinaria y extremadamente puntual”.

La testigo contó que solo dos veces notó que María Marta había tenido miedo. Una cuando escuchó tiros desde su casa en un barrio cercano a Carmel y la otra cuando le habló de Pachelo por el robo de su perro Tom por el cual le habían exigido rescate.

Sobre el acusado, ella dijo que no lo conocía personalmente, pero que en el country todos los vinculaban con una serie de robos que ocurrían siempre los domingos a la tarde (día y horario en el que mataron a María Marta). También reveló que sus hijos jugaban al fútbol con el acusado y que su ex marido, Michael Taylor, conocía al padre, Roberto Pachelo, uno de los fundadores del Carmel.

Además detalló que ella sí tenía una relación con la madrastra de Pachelo, Jacqueline Barbará, y que la mujer le había contado todas las dificultades que por entonces había tenido con el joven: desde cuando le quemó la cuna al medio hermano, le quemó la casa a otro hermano y hasta de varios robos por los que lo habían acusado.

Pichi Taylor detalló ante el tribunal que sufrió una intimidación por parte de Pachelo luego del crimen. “Un día saliendo de la Fiscalía yo iba con mi abogado y me cruza un señor y me hace un gesto (usa su mano como un revólver y gatilla). ‘Ese debe ser Nicolás Pachelo’, digo. Y mi abogado responde: ‘Es Pachelo’”.

La testigo también mencionó otros episodios en los que sus hijos se sintieron amenazados por el acusado, uno en un boliche y el otro en una pizzería, así como también un llamado telefónico a su casa, que se lo atribuyó a Pachelo, en el que le dijeron a su mucama: “Cuando tu patrona esté presa yo voy a llevarle cigarrillos”.