La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP- Metrodelegadxs) comunicó que reforzará su medida de fuerza que lleva varias semanas y este viernes 25 de noviembre no funcionará la línea A desde las 21.

Según informaron, habrá apertura de molinetes de 20 a 21. Una vez que termine, interrumpirán el servicio hasta las 23, que es el horario de cierre.

"Vamos a profundizar las medidas de fuerza de acuerdo al siguiente cronograma: VIERNES 25 / LINEA A: Apertura de molinetes de 20 a 21hs en Estación San Pedrito. A partir de las 21, la línea se encontrará interrumpida hasta el cierre del servicio”, indicaron en el texto firmado por  el secretario general del gremio, Roberto Pianelli, y el adjunto, Néstor Segovia.

Paro de subte: cuál es el reclamo

Como en los casos anteriores, desde AGTSyP- Metrodelegadxs reclaman por la reducción de la jornada laboral frente a la falta de personal, como así también la compra de formaciones nuevas sin asbesto.

“Transcurrieron varias semanas sin recibir respuestas de Emova (que tiene la concesión del transporte público) al pedido de reducción de la jornada laboral semanal para trabajar cinco días, situación que se ve agravada por el faltante de personal en todos los sectores y por el atraso en la compra de trenes nuevos sin asbesto por parte del Gobierno de la Ciudad”, lanzaron.

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Esta medida de fuerza fue anunciada un día antes de que se haga efectiva, tal como venía sucediendo en las últimas medidas de fuerza. Frente a esto, pidieron “disculpas a quienes se vean afectados por esta decisión de autodefensa de los derechos laborales”.

Su reclamo se apoya en que 75 empleados se encuentran afectados por el mineral y que “tres compañeros fallecieron por enfermedades provocadas por el amianto”.

“Para los trabajadores reducir la jornada semanal significaría reducir la exposición a este cancerígeno y ganar en salud”, agregaron.

No es la primera vez que realizan un reclamos de este tipo, ya que también tomaron una medida de fuerza el 7 y 14 de noviembre.

Entonces, Emova explicó que la reducción de la jornada laboral “es inviable, ya que implica una disminución de la jornada semanal de 36 a 30 horas semanales, incompatible con una operación adecuada de este servicio esencial y por debajo de niveles razonables de productividad”.