Ordenaron que continúe la investigación por el matrimonio forzado de una adolescente de la comunidad gitana
La Sala I de la Cámara Federal de Bahía Blanca hizo lugar a la apelación interpuesta por el Ministerio Público Fiscal en el marco de la causa por el delito de trata de personas.
La Sala I de la Cámara Federal de Bahía Blanca hizo lugar a la apelación interpuesta por el Ministerio Público Fiscal y determinó que debe continuar la investigación por el presunto matrimonio forzado de una adolescente de 15 años, perteneciente a la comunidad gitana.
Además, la Sala I, ordenó "especial celeridad en el progreso de las actuaciones, dando intervención a los organismos especializados correspondientes a la materia", en el marco de la causa por el delito de trata de personas.
El Juzgado Federal de Santa Rosa, de La Pampa, había resuelto, según publicó el Ministerio Público Fiscal de la Nación, que no había delito sobre el cual proceder, debido a que entendió que no podía corroborarse que la adolescente había sido forzada a contraer matrimonio.
Sin embargo, el fiscal federal Leonel Gomez Barbella, con la asistencia de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), apeló la resolución y el fiscal subrogante ante aquella cámara, Horacio Azzollin, mantuvo y fundó el recurso.
En el fallo revocatorio, la camarista Silvia Fariña y el camarista Roberto Amabile hicieron lugar al pedido realizado por los fiscales.
Fariña destacó la necesidad de profundizar la investigación e indagar en ciertos indicadores que se desglosan del testimonio que brindó la joven con el equipo técnico de la Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia del Área Trata de la Policía de La Pampa.
Por su parte, Amabile sostuvo que durante el poco tiempo que duró la investigación, ni el Ministerio Público Fiscal ni el Ministerio Pupilar fueron consultados por parte del juzgado para ofrecer su postura y para proponer las medidas que estimaran conducentes para la causa.
Y con respecto al argumento de que el comportamiento investigado responde a las pautas culturales de la comunidad gitana que integra la joven, Amabile sostuvo que "cualquier forma de unión forzada, aun bajo rituales o costumbres culturales importa el supuesto de la ley, que implica obligar o constreñir a una persona a contraer matrimonio o cualquier tipo de unión de hecho que presente análogas características al matrimonio y que tenga como finalidad cualquier forma de explotación".
La causa se comenzó a investigar el pasado 12 de mayo cuando una asistente social de la Posta Sanitaria del barrio Río Atuel de Santa Rosa, La Pampa, denunció que había tomado contacto con una joven de 15 años, integrante de la comunidad gitana, que le había manifestado muy angustiada que había mantenido relaciones sexuales con un hombre mayor de edad, ajeno a su comunidad.
La joven dijo que tenía miedo que ante dicha situación su padre la obligara a casarse sin su consentimiento con alguien de su mismo grupo.
Cuando las autoridades fueron al domicilio de la adolescente para continuar con la asistencia, su madre manifestó que la joven ya no vivía allí porque se había casado con un miembro de la comunidad gitana y que no podía hacer nada porque eso era parte de sus tradiciones familiares.
Tras ello, la Justicia ordenó el allanamiento del domicilio donde se encontraba la niña para rescatarla y para que el equipo técnico de la Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia del Área Trata de la Policía de La Pampa pudiera entrevistarla para indagar sobre su situación.
De la entrevista, el equipo remitió un informe a la Justicia que concluyó con indicios de maltrato familiar, estado de vulnerabilidad subjetiva y social - cultural en la entrevistada, factores de silenciamiento y condicionamiento en su relato, y riesgo psicofísico.