Un efectivo de la Policía de la Ciudad que está siendo investigado por la muerte de un hombre alterado cuando intentaba reducirlo, fue procesado por el delito de homicidio culposo.

La nueva medida judicial fue dictada por la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, por mayoría, que revocó la falta de mérito que había sido dictada por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°57 respecto de un oficial mayor de la Policía de la Ciudad y ordenó su procesamiento.

Según publicó el Ministerio Público Fiscal de la Nación, la decisión de los jueces Martín López, Ricardo Pinto y Rodolfo Pociello Argerich, quien votó en disidencia, se da en línea con el recurso interpuesto por el responsable de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°53, Matías Di Lello.

El caso ocurrió el 17 de mayo de 2020, cuando personal de la Policía de la Ciudad, que circulaba en el móvil sanitario de la Comisaría Comunal N°4, llegó a la estación de servicio Axion, ubicada en la intersección de la calle Santiago del Estero y la avenida Juan de Garay, tras ser alertados por la presencia de un hombre que estaba alterado.

En esa oportunidad, la víctima había ingresado al playón del establecimiento gritando que lo querían matar, y fue por ello, que el oficial imputado y su compañero intentaron reducir al hombre y lo tiraron al suelo.

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De acuerdo con la imputación formulada por la fiscalía, el policía "de modo imperito y antirreglamentario en dichas circunstancias habría ejercido una fuerza directa superior a la necesaria para lograr la reducción del individuo al colocarle sus rodillas a la altura del cuello y ejerciendo una presión así con el peso de su propio cuerpo durante un tiempo demasiado prolongado".

Esto causó que el hombre padeciera una hipoxia, que "sumado a que previamente había consumido tanto drogas como alcohol, desencadenó su deceso a causa de congestión y edema pulmonar".

La secuencia quedó registrada en las cámaras de seguridad de la estación de servicio y fue respaldada por los dichos de otros efectivos policiales que concurrieron a la escena y por el personal del local.

La autopsia determinó que la muerte del hombre ocurrió por factores como el consumo de cocaína, alcohol, una miocarditis preexistentes y "estresores propios del tipo de la contención, restricción y detención" de la víctima.

La fiscalía imputó al oficial mayor como autor del homicidio culposo del hombre y pidió su procesamiento; sin embargo, la jueza María Fabiana Galletti entendió que no existían elementos para dictar tal medida o sobreseerlo, por lo que dispuso su falta de mérito.

Luego de ello, el fiscal Di Lello recurrió la decisión por considerar que no se efectuó "una correcta ponderación de los hechos investigados como tampoco del cuadro probatorio recopilado". Y señaló que los dichos de los testigos "permitieron comprender que la primera acción del personal policial al momento en que comienzan a intentar retener a la víctima estuvo justificada, dado que quienes declararon dijeron que el sujeto estaba en un estado de excitación tal que podría ser peligroso para sí o para terceras personas".

Al resolver la cuestión, los jueces López, Pinto y Pociello Argerich resolvieron hacer lugar al planteo del Ministerio Público Fiscal, revocar la resolución impugnada y ordenar el procesamiento del oficial mayor como autor del delito de homicidio culposo.