La Cámara Federal porteña ordenó realizar un peritaje toxicológico sobre los restos de las víctimas de la fiesta electrónica Time Warp de 2016, una suerte de contraprueba para establecer con certeza las causas de la muerte de cinco asistentes al evento.

La medida había sido pedida reiteradamente por los familiares de las cinco víctimas mortales y si bien fue ordenada en la etapa de instrucción, nunca llegó a concretarse “por falta de medios suficientes”.

La decisión de la Cámara se produce en momentos en que la jueza federal María Eugenia Capuchetti aceleraba la tramitación final del expediente para su elevación a juicio oral y público.

“La prueba versa sobre un aspecto que autoriza a su concreción a esta altura y es factible imponer un tiempo límite, dados los plazos ya insumidos por la instrucción”, dijeron los camaristas Martín Irurzun, Eduardo Farah y Leopoldo Bruglia.

“Este estudio –añadió la resolución- está pendiente desde larga data, en razón de que cuando fue dispuesto el laboratorio de toxicología de la Morgue Judicial dijo no contar con los recursos necesarios o con la capacitación de su personal”.

El peritaje en cuestión apunta a determinar, con precisión, “cuáles fueron las circunstancias que habrían causado o concurrido a causar el resultado de lesión o muerte de cada una de las víctimas”.

La propia justicia había justificado la necesidad de esa prueba, ante “la necesidad de una medida dirigida a contar con una opinión técnica más conclusiva”, no ya como una “obligación funcional de producir todas aquellas pruebas propias de la instrucción e indispensables para la consecución de sus fines, sino también como un deber que, además de vincularse a la respuesta adecuada a las víctimas”.

“No se advierten motivos que lleven a negar su producción, dados los intereses en juego”, resumieron los jueces.

En la causa hay una decena de procesados. Las cinco víctimas mortales de la fiesta electrónica fueron Nicolás Becerra, Francisco Bertotti, Bruno Boni, Martín Bazano y Andrés Valdez, todos presuntamente afectados por el consumo de drogas de diseño.