Ocho personas fueron detenidas en el barrio porteño de Flores por participar de una fiesta clandestina pese a las restricciones por el Covid-19 y resistirse a las autoridades que intentaban identificarlos para labrarles un acta de infracción.

La medida fue dispuesta por el fiscal en lo Penal, Contravencional y de Faltas Néstor Maragliano, quien caratuló las actuaciones como “resistencia a la autoridad”.

Los ocho detenidos “forcejearon con agentes de Gendarmería Nacional para tratar de no ser identificados dentro de una vivienda donde se realizaba una fiesta clandestina en el barrio 1-11-14”, explicaron fuentes de la fiscalía.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del domingo pasado, cuando la Gendarmería Nacional irrumpió en el lugar tras un llamado de vecinos al 911 advirtiendo sobre la realización de una fiesta clandestina.

En el lugar, los efectivos constataron que efectivamente se estaba desarrollando una reunión de unas 40 personas, con baile, música y luces para la ocasión.

Según el reporte, “algunos asistentes de la fiesta aprovecharon para escaparse” cuando los gendarmes apresaron  a los ocho detenidos.

Todos quedaron imputados por los artículos 205 y 239 del Código Penal (violación de las normas sanitarias contra una enfermedad contagiosa y atentado y resistencia a la autoridad), que contemplan penas de hasta dos años de prisión.

La fiscalía ordenó, además, el secuestro de todos los elementos utilizados para la fiesta, entre ellos pantallas de video, mobiliario y bebidas alcohólicas.