La Cámara Federal de Paraná rechazó la excarcelación al mayor del Ejército Facundo Candiotti, quien está acusado de encubrir una trama de abusos sexuales en el batallón Dragones de la ciudad entrerriana de Gualeguaychú.

Candiotti fue recientemente procesado por encubrimiento así como también por destrucción de pruebas y por amenazar a testigos que declararon en el expediente que lleva adelante el juez federal de Gualeguaychú, Hernán Viri, y el fiscal Pedro Rebollo. Se lo considera "autor penalmente responsable del delito de encubrimiento por ayudar al imputado Víctor Mercado a eludir la investigación de Justicia, por haber hecho desaparecer y alterar pruebas y por no denunciar la comisión de un delito, agravado por ser el hecho precedente un delito especialmente grave y por su condición de funcionario público”.

La semana pasada también fue procesado el suboficial Víctor Mercado por ser autor “penalmente responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante en concurso real con el delito de lesiones psicológicas agravadas en calidad de autor por haber sido con violencia de género”

Las soldados hicieron la denuncia en 2021 y la Justicia ya tienen tres casos acreditados, aunque se sospecha que van a sumarse los de otras mujeres por presuntos abusos en ese Regimiento Militar. 

Candiotti fue detenido ejerciendo la jefatura del lugar, en tanto que Mercado fue apresado en las instalaciones de Campo de Mayo a donde había sido transferido tras las primeras denuncias. En el marco de las investigaciones, hay un tercer militar que está procesado y la acusación confirmada por la Cámara Federal de Paraná también por abuso.

Los hechos datan de 2016 cuando una de ellas acusó directamente a Mercado, de quien dijo que le hacía comentarios inapropiados y hasta quiso besarla a la fuerza. Las otras víctimas también señalaron situaciones de abuso sexual que implicaban a otras personas bajo investigación. 

El juez dio por probado que, incluso, utilizando las cámaras de seguridad del Regimiento le hacían un seguimiento a las víctimas para conocer todos sus movimientos y, cuando una de ellas iba a la zona de piletas, usaban los dispositivos para observar detalladamente sus partes íntimas aprovechando que estaba en bikini.