Nicolás Sabo, hijo del kiosquero asesinado a sangre fría en La Matanza, mantuvo una emotiva conversación con Cristina Pérez, en Cristina Sin Vueltas (Radio Rivadavia), en la que recordó a su padre Roberto a tres meses de su asesinato.

“Él no era solo un kiosquero, todos lo querían como un familiar más”, contó Nicolás, quien agregó que “a mi papá lo querían todos”.

Luego del asesinato de su padre, el joven tuvo que hacerse cargo del kiosco que era el negocio familiar con solo 25 años. Al referirse al tema, confesó que “no sabía cómo tenía que hacer las cosas. Creo que fue todo muy shockeante y vino de golpe”, y añadió: “Es verdad que me cayeron 10 años de la nada encima”.

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Por otra parte, detalló que hoy se dieron un abrazo “más fuerte” con su abuelo, quien es su gran compañero en estos duros momentos: “A veces lo veo venir temprano y pienso que esto es muy injusto. Deberían estar disfrutando de todo el esfuerzo que hicieron en su vida”.

De todas maneras, subrayó que “me da fuerza saber que todo esto es un esfuerzo tanto de él (Roberto) como de mi abuelo”, mientras que también lo ayuda “saber que esto era lo que papá quería. El kiosco era su lugar”.

Por último, destacó que “todavía hay algunos vecinos que pasan y me dicen que es la primera vez que puedes entrar”.

Roberto Sabo tenía 45 años, cuando fue asesinado a balazos por dos delincuentes durante un intento de robo mientras trabajaba en su kiosco.