Neo San Valentín: fines de semana juntos y días hábiles cada uno en lo suyo
El amor en sus distintos formatos converge en esta especial celebración del Día de los Enamorados. Hoy es normal cambiar de pareja como en el baile de la escoba.

Celebrar San Valentín ya se venía expresando según la multiplicidad de formatos del amor; desde relaciones matrimoniales clásicas, uniones de parejas convencionales u offshore, abiertas, familias ensambladas, noviazgos, amistades con derechos, amantes, etc, hasta que sofisticadas fórmulas ganaron terreno, como las “Only Weekend Couples” o, en español, parejas de fin de semana.
Es que las uniones de parejas, al ser cada vez más transitorias, se han tornado efímeras.
El 87% de las rupturas corresponden a primeras experiencias.
De ahí que dentro de las relaciones amorosas modernas, especialmente entre personas que han atravesado un divorcio y buscan un modelo de convivencia más flexible, cobren cada vez más vigencia las parejas OWC.
Las estadísticas, como una del Gobierno de la Ciudad, pavimentan caminos alternativos de unión sin otro compromiso que la disposición de cada parte a privilegiar tiempos netos de felicidad.
Más uniones civiles, menos matrimonios
Durante el primer cuatrimestre de 2024, la Ciudad había registrado 1130 uniones civiles, con un incremento récord del 60% respecto al mismo período de 2023, en tanto que los matrimonios disminuyeron un 12%, de 3078 celebrados en 2023 a 2711 en 2024.
Y así como ganaron espacio las convivencias sin casamiento de por medio, se aceleraron las separaciones: un promedio de 13 al mes el año precedente contra una tasa de 2,45 divorcios conyugales al año.
Ahora se va acreditando una nueva modalidad que baja desde España y Estados Unidos: que los integrantes de una pareja solo compartan tiempo juntos durante los fines de semana, mientras que el resto de los días cada uno se enfoca en sus responsabilidades, intereses y vida personal.
No tiene que ver con separación emocional ni infidelidad, sino que es una forma alternativa de mantener un vínculo afectivo que prioriza la independencia y la calidad del tiempo compartido.
Uno de los mayores atractivos de este tipo de relación que sus cultores exaltan es que permite disfrutar de lo mejor de la vida en pareja sin muchas de las tensiones que la convivencia continua suele generar.
Verse únicamente los fines de semana deja al margen la rutina de cada miembro de la relación y contribuye a mantenerla intacta, sin la necesidad de negociar constantemente aspectos como horarios, tareas del hogar o compromisos sociales.
La anticipación del reencuentro puede reforzar la emoción y la pasión en la pareja, con lo que se evitaría la monotonía que a menudo aparece en relaciones.
Márgenes de tolerancia
Recientes encuestas sobre el divorcio indican que más de un tercio de las separaciones se concretan antes de los 20 años de casados; uno de cada cinco, en los primeros diez años; y uno de cada ocho lo hace en los primeros siete años.
En países como España, más del 50% de los matrimonios se acaban separando.
El plan B de una cuarta parte de las parejas para preservar la unidad del hogar es la opción de dormir en espacios separados, lo que para algunos significa estar en habitaciones diferentes, mientras que otros comparten dormitorio pero no cama, según una encuesta realizada por Better Sleep Council
Se transita, asimismo, otra variante de relación en ascenso como es la de las parejas LAT, término que hace referencia a las personas casadas o en una relación que deciden vivir en casas separadas optando así por la autonomía y la independencia frente a las tensiones diarias de la convivencia.
Pep Guardiola y Cristina Serra y Gerard Piqué y Clara Chía son algunos de los famosos que practican este tipo de convivencias part time, muchas veces originadas en los compromisos profesionales de cada integrante.
En el caso de la versión “Only Weekend Couples”, los fines de semana se convierten en un espacio exclusivo para la pareja, permitiendo disfrutar de momentos significativos sin las distracciones de las obligaciones cotidianas.
Este enfoque busca equilibrar la conexión emocional con la autonomía personal, ofreciendo una alternativa a las relaciones tradicionales.
Otra característica clave es el enfoque en la calidad del tiempo compartido.
Las parejas OWC priorizan experiencias significativas y espontáneas durante los fines de semana, alejándose de la rutina y fortaleciendo el deseo de compartir momentos especiales.
Este modelo flexible también resulta ideal para relaciones a distancia, aunque cada vez es más común entre parejas que viven en la misma ciudad.
Por qué la volatilidad
Según enumera la plataforma de psicólogas Somos Estupendas, las personas tienen comportamientos que podrían estar poniendo en peligro las relaciones y ameritan buscar la vuelta sobre cómo abordarlos para fortalecer esa parte imprescindible de un vínculo.
Por ejemplo, es necesario prestar atención a los pequeños detalles y gestos, más allá del olvido de fechas importantes.
La psicología advierte que estos hábitos pueden generar conflictos mayores y también resentimientos acumulados con el tiempo que dinamitarán la relación de pareja.
Evitar conversaciones difíciles no suele ser una buena idea, porque si bien se elude parcialmente el conflicto, no permitirá profundizar y conocer a la otra parte: saber cuáles son las cosas que le molestan, las que necesita o las que le hacen feliz.
Distanciamientos
La falta de espacio personal para cuidar hobbies, otras relaciones, tiempo a solas, es otro detonante de distanciamientos.
La indivualización no implica quebrar el vínculo romántico, sino que al contrario enriquece como persona y eleva las conexiones con los demás.
Un dato que arrojan las estadísticas y llama la atención es que en la previa y durante la pandemia más de 2000 parejas heterosexuales registradas en CABA decidieron ponerle fin a su unión -4.568 en 2019 y 2.543 en 2020-.
Y a pesar de que la cantidad de uniones homosexuales sean menos, en comparación con esta cifra, es muy baja la cantidad de matrimonios del mismo sexo que se divorciaron.
Las separaciones varón-varón pasaron de 45 en 2019 a 25 en 2020 y las de mujer-mujer de 35 a 20.