A casi dos meses del asesinato de Mahsa Amini, la joven kurda de 22 años que fue detenida acusada de atentar contra la moral islámica al usar mal el hiyab (velo), NA conversó con Aimé Aminahuel, politóloga y becaria del Conicet, acerca del escenario actual de las mujeres en Irán.

Según el relato de los familiares de Amini, a la joven la subieron al auto, la torturaron y a las pocas horas la enviaron al hospital de la ciudad de Teherán con muerte cerebral. Allí, el viernes 16 de septiembre murió de un paro cardíaco de acuerdo a lo informado por el parte médico.

Al momento, se conoció la muerte de al menos 328 manifestantes y la detención otros miles, según datos de la organización HRANA (Agencia de Noticias de Activistas por los Derechos Humanos).

LEER TAMBIÉN: Protestas en Irán: videos en redes sociales muestran llamas en la casa del difunto ayatolá Jomeini

Caso Mahsa Amini

El 13 de septiembre de este año la llamada policía de la moral, organismo que se encarga de controlar la decencia pública, arrestó a Mahsa Amina. Mahsa era una mujer kurda de 22 años que fue detenida por presuntamente atentar contra la moral con su vestimenta. Sin embargo, no existen pruebas de que los cargos en su contra fueran ciertos.

Con el ascenso del islamismo y el establecimiento de la República islámica en 1979 tras la revolución que lideró ayatolá Jomeini, muchas de las leyes y políticas iraníes, tanto en el ámbito público como privado, quedaron bajo control de los clérigos. Desde entonces, las mujeres perdieron muchos derechos en casi todos los ámbitos de su vida”, precisa Aminahuel.

Tras el establecimiento de normas basadas en la interpretación ultraortodoxa de la sharía, que es el derecho islámico de conducta que sigue una serie de reglas morales en relación al estilo de vida islámico que se busca perpetuar, las mujeres deben cumplir con leyes que las posicionan en un lugar muy inferior respecto a los hombres.

Algunas desigualdades actuales:

  • La educación está vetada para las niñas y mujeres
  • La ley de familia prescribe que la posición de la mujer y de los niños de una familia quedan totalmente bajo control de autoridades religiosas.
  • Ante el divorcio, la mujer está en gran desventaja en lo que refiere a la custodia de los niños y la herencia: la mujer vale legalmente la mitad que el hombre.
  • La mujer tiene un lugar con una jerarquía ontológica inferior al hombre en razón de los castigos que puede recibir, donde se permite, entre otros, la lapidación.
  • En el ámbito penal, la mujer es considerada mayor desde los 9 años (aunque no puede trabajar hasta los 15), mientras que el hombre es considerado penalmente mayor recién a los 15 años.

Protestas, feminismo y entornos sociodigitales

En la actualidad, las protestas están protagonizadas principalmente por mujeres y juventudes con gran apoyo de los movimientos feministas y diversos organismos internacionales de Derechos Humanos.

A lo largo de estos dos meses desde el asesinato de Amini se desarrollaron protestas permanentes en distintos puntos de Irán y del mundo a favor de los derechos de las mujeres iraníes que, según Aminahuel, “responden a una trayectoria de dispuesta de distintos sectores feministas que permanecieron silenciados por años y que vienen buscando sensibilizar a la sociedad respecto a la necesidad de reinterpretar la doctrina religiosa a favor de los derechos de las mujeres”, detalla.

En este sentido, identifica dos grandes líneas dentro del feminismo: un ala bien radical y otra más conservadora que plantea la reinterpretación de la sharia en favor de los derechos de las mujeres y niñas. “En los años 90 se propusieron reformas en la Ley de familia, a favor de la protección de las mujeres divorciadas, pero no logró prosperar”, pone de ejemplo.

Al día de hoy nos encontramos con un conjunto de protestas que se enmarcan en la trayectoria del movimiento feminista iraní, acompañada por un gran apoyo desde los entornos socio digitales. Creo que la protesta que se inició ante el repudio por la muerte de Amini no hubiera logrado tener la magnitud ni la importancia que tiene en la actualidad sin los diversos canales de comunicación y el alcance de las redes sociales”, reflexiona.

Por su parte, el gobierno actual iraní señala a Estados Unidos como uno de los principales culpables de las protestas y, al mismo tiempo, las minimiza y desacredita. Entre las acciones llevadas adelante por el gobierno iraní, la experta recuerda que “el Ministerio de Inteligencia de Irán detuvo a dos periodistas claves en el caso Amini, quienes dieron a conocer lo sucedido y recogieron testimonio de familiares de Mahsa, acusándolas de haber generado una guerra hibrida y de haber sido entrenadas y formadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA)”, indica.

Al mismo tiempo, entre las reacciones del gobierno, además de sancionar periodistas también sancionó a distintas asociaciones europeas de periodismo internacional por considerar que la divulgación de las protestas se tratan de actos intencionados por grupos terroristas”, explica la experta.

- ¿Cuál es la posición del gobierno iraní frente a los feminismos? ¿Y por qué acusa a Estados Unidos como promotor de las protestas?

- La posición del gobierno iraní apunta contra Estados Unidos como uno de los principales responsables de las protestas minimizado el descontento de la población, lo cual es un enorme riesgo. Hay un núcleo duro que rodea gran parte del gobierno actual que rechaza en nombre de la tradición las posibles reinterpretaciones del Corán, sobre todo si esas relecturas proceden de mujeres porque alterarían los significados atribuidos al texto, y en este sentido, sostiene que el feminismo es una teoría imperialista, por lo tanto, hay que rechazarla.

Para poder comprender la relación actual entre Irán, Estados Unidos y el feminismo hay que trazar inevitablemente una línea de diálogo entre el movimiento feminista, la historia política de Irán y el contexto histórico internacional.

Contexto histórico internacional: La disputa con Estados Unidos

A lo largo de la historia, Irán fue un punto de conflicto bélico entre distintos imperios por ser un punto estratégico en la ruta comercial. Precisamente en la década del 60 y 70, cuando se juega una configuración del sistema mundial muy vinculada a la Guerra Fría y la búsqueda por el control del poder mundial, sobre todo por parte de Estados Unidos, Irán comienza a ser fuertemente influenciado por dicha potencia.

Al mismo tiempo, en esos años, se instaura un modelo económico de carácter neoliberal que, más tarde, en la década de los 80, deviene con la caída del Muro de Berlín.
En este contexto, Estados Unidos, en alianza con algunos países de Europa, comienza a incidir en la política de Medio Oriente cada vez con mayor presencia. Antes de la revolución de 1979, en Irán todavía existía una monarquía, la cual había logrado ser influenciada por Estados Unidos con la instalación del último rey iraní, Mohammad Reza Pahlavi.

El rey, conocido como el sha, se encargó de llevar adelante una serie de políticas reformistas muy cercanas a la potencia hegemónica del momento, generando una brecha irrecuperable en la sociedad del momento: apartó a la clase media de los sectores más conservadores del clero profundizando un malestar social que sentaría las bases de la revolución encabezada por el líder Jomeini.

La revolución islámica de 1979 que instaló el Estado islámico en Irán, tuvo (y sostiene al día de hoy) un discurso fuertemente anti Estados Unidos, ultranacionalista y con una perspectiva muy vinculada al control estatal con los recursos estratégicos de Irán.

A modo de reflexión final, Aminahuel arroja que “el feminismo iraní tiene el gran desafío de plantarse como sujeto político crítico y poder avanzar en el pensamiento de un régimen más democrático y con mayores derechos para las mujeres. Y al mismo tiempo, deberá ser lo suficientemente lucido para no convertirse en víctima o cómplice de cualquier otra potencia en su propio territorio, principalmente de Estados Unidos”.