En marzo de 2020, como a la mayoría de los argentinos, la irrupción de la pandemia del coronavirus le cambió la vida a Mora Godoy. La eximia bailarina de tango dejó de recorrer el mundo con su compañía y de dar shows en el país para recluirse en su hogar y preservar su salud, la de Bianca (13) y la de su padre, quien se mudó con ellas. En noviembre, luego de meses difíciles a nivel económico decidió cerrar la Escuela Mora Godoy Tango, ubicada en Barrio Norte, luego de dos décadas de trabajo y hasta tuvo que rematar su vestuario para seguir adelante. Y a pesar de que se habilitó el turismo y hay algunos obras de teatro y shows en cartelera de los puntos más concurridos del país, Godoy decidió por primera vez en muchos años no hacer temporada.

"Me pareció mucho más prudente no hacer temporada en una situación de pandemia, porque el rango de edad mayoritario demi público es de 65 años. Fue difícil tomar esta decisión pero entiendo que no es contra uno, es lo que pasa en el mundo. La pandemia es un problema mundial y hasta que no haya inmunidad de rebaño y estemos vacunados la mayor parte de la población del mundo, la situación no va a cambiar", explicó con seriedad en un mano a mano con Noticias Argentinas. Y agregó: "En marzo se cumple un año que no trabajamos. De mi compañia de baile no queda nada y tuve que cerrar mi escuela de tango después de 20 años. Hace cinco o seis años que no teníamos clases grupales pero sí indiviuales, nosotros trabajamos mucho con el turismo". 

Estoy esperando que el ministro Matías Lammens nos atienda porque somos muchos los que tenemos que ver con el turismo. No somos cultura solamente y nos está costando que nos escuche.  Los bailarines estamos fuera del mapa. No nos dan bola y pienso en que hay muchos chicos que en estos momentos nos necesitan. No tuvimos subsidios, ATP y muy poquitos recibieron IFE. He ayudado a mucha gente, sin tener la obligación, porque hay algo que tiene que ver con la moral de cada uno y con la necesidad de brindarles una mano cuando nadie lo hace. Es tener conciencia social."
"Trabajé con todos los gobiernos porque a mí no me invitan a cenar, siempre fui convocada para bailar, para mostrar nuestra cultura. Va más allá de un partido político. Los presidentes pasan, la cultura queda".

Incluso, reveló que no descarta dedicarse a la política en el futuro: "Me encantaría hacer política, pero tendría que sumarme a un proyecto, no lo puedo hacer aislada. Me gustaría hacer gestión cultural, no me veo haciendo algo que no tenga que ver con la cultura en general, no solamente el tango. De hecho, estoy trabajando para armar un centro cultural en beijimng que va a llevar toda la cultura argentina. Desde ya que me parece importantísimo, me lo produjo una empresa china muy grande y es porque ven que puedo hacerlo".

Con respecto a los controversias y las distintas posturas en relación a las vacunas con el coronavirus, la bailarina fue determinante: "Pensar en no darte la vacuna contra el covid-19 es un acto de irresponsabilidad. Si no logramos a nivel mundial la inmunidad de rebaño, estás dañando a otros. Todas las vacunas funcionan, lo dijeron médicos, científicos e investigadores de todo el mundo. Puede que el efecto dure más o menos tiempo, pero no estemos pensando de dónde viene la vacuna si nunca preguntamos de dónde viene la BCG, la Sabin o la vacuna de la gripe".

Y manifestó su deseo de volver a los escenarios para reencontrarse con su público. "Mi público es el mejor jurado y no hay que subestimarlo, sabe perfectamente cuando uno le vuelca amor al trabajo, me preocupo permanentemente porque siempre tengamos el valor agregado, no solamente bailar bien y transmitir, sino pasarla bien arriba del escenario", concluyo, mientras espera poder continuar con "Mora Tango", un programa que grabó junto al Ministerio de Cultura de la Ciudad en plena pandemia y la ayudó a "mantener la cabeza ocupada".