La Justicia investiga el origen del nuevo incendio en el hotel Canarias del barrio porteño de Barracas, donde fueron asesinadas en mayo del año pasado tres mujeres lesbianas y una sobrevivió.

Fuentes de la causa informaron a la Agencia Noticias Argentinas que interviene el Juzgado en lo Criminal y Correccional de Instrucción N°34 y la Fiscalía N°15.

El jueves pasado se produjo un incendio en el primer piso del edificio ubicado en la calle Olavarría, entre Montes de Oca e Isabel La Católica, en un ambiente de 5 por 4 por 3,20 metros de alto de forma generalizada y fue controlado con una línea de 38mm.

En este contexto, Luli Sánchez, la asesora de la única sobreviviente de la masacre, Sofía Castro Riglos, radicó una denuncia por el siniestro, la destrucción de pruebas y encubrimiento ante la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional.

El equipo que asesora a la víctima había emitió un comunicado en el que denunció la presunta eliminación de evidencia como consecuencia del incendio.

"Las autoridades no determinaron aún cómo se originó el fuego este jueves, ni informaron que habitaciones y personas fueron afectadas por el incendio", señala el escrito, a la vez que el incidente "intimida a testigos" y acusó al Poder Judicial de "no tener interés en garantizar su protección o que puedan ser hallados para el eventual juicio".

Además, solicitaron que se investigue "la relación de este nuevo fuego con la destrucción de pistas y el encubrimiento del lesbicidio".

Justo Fernando Barrientos, el acusado del ataque, hostigaba de manera sistemática a las damnificadas por su orientación sexual hasta que el 6 de mayo de 2024 lanzó un explosivo casero en la habitación donde residían y mató a tres de ellas. Se trata de Pamela Cobbas, Roxana Castro y Andrea Amarante, mientras que Sofía Castro Riglos salvó su vida de milagro.

El hombre se encuentra imputado por el delito de "homicidio doblemente agravado" y los agravantes que se aplicaron fueron por alevosía y peligro común, mientras que el juez Edmundo Rabbione descartó "el crimen de odio" y tampoco determinó que no hubo "violencia de género".

El magistrado había sido recusado por la particular damnificada dado que la revictimizaba, pero fue ratificado por la Justicia al frente del caso. Luego, Rabbione aceptó a la sobreviviente como querellante y reconoció el vínculo afectivo entre Sofía y y su pareja, quien murió durante la agresión.