En el imaginario social, la nutrición es una profesión asociada a las dietas y el descenso de peso. Sin embargo, es una práctica que combina diferentes competencias y habilidades de cuidado de la salud, que hoy se desarrolla en diferentes ámbitos: hospitalarios, ambulatorios, domiciliarios, centros de salud, programas comunitarios, fortalecida y limitada en la actualidad por ciertos mitos que se refuerzan con las representaciones sociales que de ella se desprenden.

La profesión de nutricionista surge en la década de 1920, época en la que el Dr Pedro Escudero, médico egresado de la Universidad de Ciencias Médicas de Buenos Aires, reconoce a la nutrición como aspecto clave de la atención médica y decide recorrer los colegios de "señoritas" de la época reclutando mujeres que pudiesen aspirar, en un futuro cercano, a ocuparse de estudiar y adaptar la alimentación de las personas enfermas para favorecer su recuperación, dando lugar a la creación de la Escuela de Dietistas. 

La profesión nace del propio campo médico, como asistentes por "extensión" del médico, con el fin de adaptar las dietas de las personas a diversas situaciones patológicas (o no) a partir de sus indicaciones previas. 

En este tiempo nos hemos desplegado como profesionales en variados roles institucionales, comunitarios, psicosociales; en donde se nos plantean problemáticas y desafíos diferentes.

Todo ello, gracias al amplio espectro que abarca nuestra formación, a los distintos ámbitos donde intervenimos y donde cada día transferimos nuestros conocimientos, practicamos nuestros saberes y, por supuesto, seguimos aprendiendo.

El crecimiento y el desarrollo de nuestra profesión por estos años fue maravilloso, pero también arduo. 

Hoy contamos con nuevos abordajes y con diversos espacios donde debatir qué hacer en el campo de la nutrición. Y es parte de ese debate y forma parte de nuestra agenda -porque nos consideramos trabajadoras y trabajadores sujetos de derechos- la mejora de nuestras condiciones laborales en términos materiales tanto cuando trabajamos por nuestra cuenta como cuando lo hacemos en relación de dependencia.

En esa misma línea, también es prioridad para nosotras defender a la profesión en términos éticos y legales. Por eso rechazamos las prácticas intrusivas de quienes pretenden accionar en el campo de la nutrición sin tener un título habilitante y poniendo en riesgo a la población, como de aquellos que intentan subestimar nuestra práctica profesional por tener un desconocimiento absoluto de lo que hacemos.

Por todo lo logrado y por todos los desafíos que tenemos por delante como profesión, hoy es un día para celebrar lo construido hasta acá, para seguir proyectando y para poder hacer de la nutrición un campo cada vez más amplio, más diverso y de mayor integración.        

(*) Lic. Laura Salzman, presidenta del Colegio de Nutricionistas de la provincia de Buenos Aires.