Los hijos de Roberto Sabo, el kiosquero que fue asesinado a tiros en Ramos Mejía, reabrieron el comercio y uno de ellos contó que muchas de las personas que entraron al local lo hicieron para saludarlos y abrazarlos, a la vez que dijo que "esa es una muestra" de lo que era su padre.

"Fue feo tener que reabrir, pero vinimos, habrán entrado veinte personas y compraron tres. Todos vinieron a saludar, a abrazar y dentro de todo lo malo eso es lindo. Entran, abrazan, saludan y es una muestra de lo que era papá", señaló Nicolás Sabo.

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Al ser consultado acerca de por qué tomaron la decisión de abrir el drugstore "Pato", situado en Avenida de Mayo al 800, en pleno centro de la citada localidad del partido de La Matanza, respondió: "Hay que comer, hay que hacer plata, sólo por eso".

"Sé que ni mis abuelos ni mis mamás están cómodas con la situación porque no van a estar tranquilos nunca después de lo que pasó porque puede pasar tranquilamente de nuevo, pero es un parche mientras terminamos de estudiar o de encontrar otra cosa", dijo.

Asimismo Nicolás agregó: "La idea es no seguir y vender el fondo de comercio. Es un lugar en el que se labura bien, con el que tanto nos dio con eso papá, pero ¿A qué costo?".

"Hay momentos que estamos saturados de todo, caemos en la cuenta de todo lo que hacía y se encargaba papá. Se necesitan ratos solo o acompañado, pero en privado donde bajas veinte mil cambios y caés en la cuenta de lo que pasó", expresó. 

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También contó que en la zona siguen los episodios de inseguridad: "Ayer (por el miércoles) en la esquina, a 20 metros de acá, asaltaron a unos chicos que salieron del colegio, le sacaron la mochila y creo que otro el auto. Hay un par de policías, pero cuando empieza a bajar la circulación de gente se complica".

Roberto Sabo, quien tenía 48 años, fue asesinado de cuatro disparos por un delincuente de 29 llamado Leandro Suárez, cerca de las 14:00 del pasado domingo 7 de septiembre.

Tras cometer el crimen, Suárez escapó junto a su cómplice, una adolescente de 15 años, a bordo de un auto que le robó a un remisero, el cual chocó a las pocas cuadras, y le sustrajo la moto a un repartidor delivery para completar la fuga.

No obstante, la pareja fue arrestada merced a la acción de un policía que le arrojó una patada a la moto cuando pasó a su lado, para hacerle perder el control al conductor.

Mientras que la joven no es punible y fue remitida a un instituto de menores del partido de San Martín, Suárez, quien había estado preso durante seis años por delitos contra la propiedad y había salido en 2020, podría afrontar una pena de "prisión perpetua".