Tal como lo había anunciado el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en las últimas horas, pasado el mediodía, con una fuerte lluvia, ráfagas de viento y amenaza de granizo, la tradicional tormenta de Santa Rosa llegó finalmente a la Ciudad de Buenos Aires y a gran parte del conurbano bonaerense.

Poco después del mediodía, la primera de las tormentas se desató en la zona norte del Conurbano y también en la zona norte de Capital Federal.

Hasta el momento, y tal como estaba anunciado, el viento no tendría un papel preponderante en el panorama de las tormentas.

Está previsto que sople todo el día desde el este, y su velocidad se mantendría en el rango de los 7 a 12 kilómetros durante la tarde, y por la noche podría llegar a los 22 kilómetros por hora.

Así y con la primera lluvia fuerte del día, pasadas las 14, la Tormenta de Santa Rosa, que por lo general llega cinco días antes o cinco después del 30 de agosto, según los especialistas, se manifestó este miércoles.

Según los meteorólogos las tormentas, que no durarán más de 15 minutos, se van a ir repitiendo con intervalos hasta la tarde de mañana y con momentos de gran actividad eléctrica, lo que se prevé para la noche de este miércoles.

La tormenta de Santa Rosa deriva de una creencia popular asociada con la figura de Santa Rosa de Lima, celebrada el 30 de agosto. Según la tradición, una tormenta desatada por la santa a través de la plegaria ahuyentó a una flota de piratas que planeaban atacar la ciudad a principios del siglo XVII.

Este fenómeno no se produce en todo el país, ya que en la época que la tradición sitúa la celebración de Santa Rosa de Lima, hay factores climáticos que dificultan la formación de tormentas en algunas regiones.

Según detalló el SMN, hay varios ejemplos como la Patagonia, donde no es común la formación de tormentas, o el Noroeste argentino, donde la época está marcada por la estación seca y predominan los días despejados y con mucho sol.

Por lo tanto, el fenómeno climático se espera más en el centro y el noreste del país, donde el fin de agosto trae aparejados cambios en la circulación de la atmósfera debido a la proximidad de la primavera, lo que favorece la presencia de aire cálido, más humedad y condiciones propicias para el desarrollo de tormentas.