Le gritaron "mugriento" mientras vendía rosquitas, recogió el guante y se recibió de granadero
Una historia de superación protagonizó un joven entrerriano de 22 años que se graduó de Soldado Granadero. Tres años antes ayudaba a su madre en la costanera de Santa Elena y una mujer en moto se mofó de él a viva voz.
"Mirá mamá, lo logré", sollozaba Oscar Forni abrazándola en el momento en que le entregaban una distinción como Mejor Camarada en el Regimiento de Granaderos a Caballos del General José de San Martín, en Palermo.
Ella había sido testigo en enero de 2020 de una ofensa por parte de una mujer que iba en moto por el balneario de la localidad entrerriana Santa Elena, y que, de sopetón, le gritó "mugriento".
El joven, desde chico, acompañaba a la mamá a vender rosquitas y masas dulces en la costanera de su ciudad natal para ganarse la vida.
Se las arreglaba también para ser un buen estudiante e inclusive conducir un programa radial en la escuela pública, además de incursionar en teatro y tocar la guitarra.
Por supuesto que esa trama de su vida le era desconocida a la mujer que trató de humillarlo en público por su aspecto.
Forni reflexionaría en su cuenta de Facebook acerca de los prejuicios que algunas personas albergan contra los vendedores callejeros, que en general afrontan duras necesidades en su cotidiana subsistencia.
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Escribió: “Les cuento lo que me paso hoy. Estaba vendiendo rosquitas cerca del balneario y pasa una chica en moto, yo no dije nada no grite nada y me dice mugriento".
"¿Por qué me dice mugriento la chica? si cada uno puede, que viva de lo que vende. Y si no vende, no puede llevar el pan a su casa. Si no vendo, no como en el día. Nadie sabe la situación. Pero la chica que me dijo mugriento es porque no sabe lo que es ganarse su plata para comprarse lo que quiera, porque siempre tuvo todo de arriba. Piensa que la gente que vende en la calle es mugrienta, pero es la gente más humilde que puede existir".
Redobló esfuerzos para finalizar el secundario con el plan Fines y consiguió ingresar como soldado voluntario al cuerpo de Granaderos, donde fue galardonado.
Bien agradecido, le dedicó a la madre su presente, según indicó La Departamental Noticias, y se abocó a cumplimentar los requisitos para poder empezar en la escuela de suboficiales.
"La verdad es que estoy muy orgulloso de mi mismo y contento con la gente que desde lejos me sigue apoyando con palabras de aliento y motivación", declaró al diario Uno.