Las pruebas contra el "Clan Sena y qué viene de cara a un juzgamiento popular
Emerenciano y su mujer apuntan a esquivar la acusación por el homicidio de Cecilia, sobre el cual la fiscalía apenas dio unos indicios para detenerlos, pero a futuro serán juzgados por jurado popular.
En medio de la acusación por homicidio, en la cual no hay prueba contundente sobre Emerenciano Sena y su esposa, Marcela Acuña, el matrimonio de vínculos con el poder provincial sigue preso y se encamina a un juzgamiento popular, ante el resentimiento que creció en la sociedad chaqueña por el crimen de Cecilia Strzyzowski.
Emerenciano y su mujer apuntan a esquivar la acusación por el homicidio de Cecilia, sobre el cual la fiscalía apenas dio unos indicios para detenerlos, pero a futuro serán juzgados por jurado popular.
Las pruebas, sin lugar a dudas, son contundentes contra César Sena, el hijo del matrimonio: la confesión del empleado Gustavo Obregón sobre que se la mató en la casa de la familia; los rasguños que tenía el joven el 2 de junio, cuando ella desapareció; la mentira que él decía sobre el destino de la joven esquivando respuestas cuando llevaba consigo el celular de ella; y episodios de violencia de género que amigos de la víctima dicen sufrió ella por parte de él.
Del relato del confesor Obregón, Acuña le dijo que había visto un bulto en su casa y que colabore con su hijo para ocultarlo. "Que haya ocultado el crimen no implica que lo haya cometido" repiten desde la defensa de Emerenciano y su esposa.
Acuña ésta semana escribió una secuencia de cartas en su lugar de detención, fueron más de 15, en donde cuestionó el hecho que esté presa por algo que cometió su hijo. ¿Qué sabe? ¿Acaso su hijo mató a Cecilia y ella guardó silencio?
Obregón dejó en claro que cuando Acuña lo llamó le pidió no dijera nada a Emerenciano y éste en su declaración dijo que ese 2 de junio llegó al mediodía y durmió una siesta durante horas, y que luego se fue. Nunca vio ni supo nada.
Pero Obregón es imputado, su mentira no tiene consecuencias penales y hasta podría haberlo declarado en ese sentido para posicionar a César como el asesino y a sus padres como encubridores, sabiéndose que ello los dejaría afuera del proceso a ambos. Obregón era un empleado histórico de los Sena y solo se expone a una leve pena por encubrimiento.
Los fiscales, no obstante, dispusieron la preventiva de los tres porque consideran que Cecilia fue asesinada en esa vivienda familiar cuando estaban los tres: un rango de 48 minutos.
De acuerdo con las pruebas, César fue visto con rasguños en su cuerpo posterior al mediodía y no antes que había también salido a la calle; y que él llevaba consigo el celular de la joven por la tarde tal cual la ubicación que arrojó el dispositivo, algo que antes no había sucedido.
No parecen pruebas contundentes de cara a una condena y es algo que saben los fiscales, los abogados de la querella y de las defensas. El desafío para los dos primeros es conseguir más pruebas. Es que de recaer en la figura de encubrimiento Emerenciano y Acuña, saldrían exiguos del proceso, pues el código prohíbe imputar por esa calificación cuando se da ese tipo de vínculo sanguíneo: padres e hijos.
Sin embargo, nadie especula que en este contexto un juez vaya a firmar la liberación del matrimonio, que se ganó la antipatía de la sociedad chaqueña al conocerse el brutal crimen de la joven y al exponerse los vínculos de poder que los Sena tienen con el gobernador Jorge Capitanich.
La imagen fue cuando ambos, por separado, fueron trasladados al hospital Perrando de la ciudad y recibieron una catarata de insultos donde los trataron de asesinos: "Nunca había pasado algo así, algo cambió para que ahora se animen a putearlos", repiten en las calles de Resistencia.
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Si no es ahora que alguien tenga la claridad para verificar las pruebas tampoco parecería cambiar mucho de cara al juicio. Pues se prevé que el mismo tenga lugar a fines de este años o el entrante, y los van a juzgar jurados populares, no jueces técnicos. O sea, los que van a evaluar si ellos mataron o no a Cecilia serán habitantes del Chaco, parte de los cuales les hicieron saber del odio que han cultivado entre la gente.
Paralelamente, el desafío para la fiscalía es la búsqueda de prueba que robustezca la acusación sobre el matrimonio por que más allá de que la antipatía ayude a la hora de ese juzgamiento, a futuro serán instancias técnicas las que revisen el expediente y ahí es otro el análisis, y el tiempo.
Es sabido que un caso adquiere otra mirada de los juzgadores cuando no está en el foco de la tensión política y mediática.