La vacunación es demasiado lenta para pensar en erradicar el virus del Covid-19
El reparto desigual de dosis que sufre la Argentina, es un problema analizado a nivel mundial cuya conclusión es la imposibilidad de mantener controlada la pandemia.
Científicos, sanitaristas y funcionarios de organismos internacionales advierten que la propagación de nuevas cepas de coronavirus, que están realizando estragos en países muy poblados como Brasil o India, provocará que la población mundial se acostumbre a convivir con el virus producto de variaciones más contagiosas y de la lenta y desigual vacunación que se está desplegando.
De esta manera, la pandemia podría convertirse en endémica en el corto plazo, lo que implicará convivir con una amenaza fantasma de manera constante.
Sin embargo, este cambio de estatus no debiera convertirse en un escenario apocalíptico. Muchos patógenos han seguido esta carrera como el VIH que ocasiona el SIDA o la tuberculosis, ejemplos de virus por los que debimos aprender a cuidarnos y a cuidar a los demás mientras se desarrollaron fármacos que redujeron la mortalidad que producen en personas infectadas.
Un escenario similar es el que se comienza a configurar en las mentes de los científicos que proyectan, con los datos disponibles en la actualidad ante la emergencia del Covid-19, cómo será el futuro próximo.
Un tiempo donde el virus podría propagarse más rápidamente por nuevas cepas “super contagiosas” provocando que la inmunidad de rebaño se convierta en una ilusión pero, al mismo tiempo, menos letal por la política de vacunación que debería incluir varios refuerzos para mantener las mutaciones a raya.
Las incógnitas para medir la eficacia de las vacunas actuales
Luego de más de un año del inicio de la pandemia, la población mundial se realiza las mismas preguntas, sin importar si habiten países desarrollados donde la inoculación de dosis es más rápida o países en vías de desarrollo donde las inyecciones son escasas.
Las vacunas ¿se pueden considerar seguras?, ¿van a funcionar con las nuevas cepas?, en ese caso ¿cuál es la mejor? Estas son algunas de las cuestiones que se realizan en todas las latitudes.
Las vacunas se pueden catalogar por dos niveles fundamentales: seguridad y eficacia. Existen en la actualidad, 13 vacunas diferentes que han sido aprobadas para su uso por una gran cantidad de países y organizaciones supranacionales y, en fase 3, se hallan 26 proyectos más que, de superar las pruebas, se sumarán a una oferta que será muy amplia de aquí a cinco años.
Otros dos puntos que conforman la vacuna ideal, además de la seguridad y la eficacia, es la facilidad para producirla y abastecer el mercado y el costo de producción que es la base del precio de venta.
El doctor y académico de la UAI y de la Universidad de Morón, Héctor Carvallo, explica que existen cuatro categorías de vacunas en ensayos clínicos, algunas tratan de incorporar el antígeno en el cuerpo, otras utilizan la propia célula del organismo para producir el antígeno viral.
Con respecto al ítem de la eficacia, el Dr. Carvallo sostuvo “se va perdiendo a medida que la cepa se va diferenciando. De hecho, la vacuna de Pfizer parecía muy prometedora en Sudáfrica pero, cuando se desarrolló la variante que lleva el nombre de ese país, se demostró que perdió casi diez veces su efecto”.
Los investigadores de Médicos sin Fronteras (MSF) han explicado, a través de un documento difundido a la prensa que se considera que el SARS-CoV-2, que es el nombre del virus que causa la enfermedad denominada Covid-19, “es un virus bastante estable en comparación con la mayoría de los virus de ARN (ácido ribonucleico) como el VIH. El SARS-CoV-2 cambia mucho más lentamente a medida que se propaga y la mayoría de las mutaciones son pequeñas”.
Sin embargo, los investigadores advierten “recientemente han surgido varias mutaciones que han tenido un impacto en la capacidad del virus para propagarse y enfermar y algunos estudios sugieren que algunas vacunas son menos efectivas contra la nueva cepa procedente de Sudáfrica”, reforzando lo explicado por el Dr. Carvallo.
El documento de MSF cierra advirtiendo “es necesario controlar la epidemia en todo el mundo para disminuir el riesgo de una futura mutación que escape al efecto de las vacunas existentes”.
Hay dos cepas más, además de la de Sudáfrica, que están siendo monitoreadas día tras día. La de Manaos y la de India.
La variante identificada con la sigla P1 que surgió en el Amazonas brasileño está presente en 16 países latinoamericanos, incluida la Argentina, desde hace cuatro meses. Además, otros 20 países fuera de nuestro sub continente, ya la han registrado.
Los investigadores aseguran que se trata de una variante más contagiosa que la original de Wuhan de China y por ese motivo, por ser más transmisible, provoca mayores saturaciones en los sistemas hospitalarios y una tasa mayor de letalidad ante la mayor cantidad de infectados que produce. Científicos brasileños afirman que la cepa de Manaos explica entre el 70% y el 80% de las personas infectadas en su país. En la Argentina, según datos del proyecto País, esta variante explica el 30% de los infectados de los grandes centros urbanos nacionales.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha comenzado a implementar un monitoreo para seguir de cerca las mutaciones y los cambios que pueden provocar que las vacunas pierdan eficacia.
Durante un seminario para periodistas, expertos de la OPS y de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) debatieron las cuestiones clave que plantean las variantes.
El Dr. Jairo Méndez Rico, asesor de la OPS, explicó: “La aparición de mutaciones es un evento natural y esperado dentro del proceso evolutivo del virus. Estos cambios pueden suponer ventajas para que el virus logre sus objetivos, que son tener una mayor capacidad para entrar en las células y luego replicarse, y tratar de escapar a la respuesta inmunitaria, ya sea natural o mediada por la vacuna. Sin embargo, algunas cepas causan preocupación porque han demostrado una mayor capacidad de replicación y transmisión. No son más agresivas o graves porque, desde una perspectiva evolutiva, al virus no le interesa matar a su huésped. Hasta ahora, no hay pruebas suficientes para inferir que las vacunas actualmente disponibles no funcionan contra estas variantes".
Para el Jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital F.J. Muniz, Dr. Roberto Hirsch, “la vacuna Sputnik V y la Oxford/AstraZeneca disminuyen la gravedad de los síntomas del Covid-19 en las variantes de Manaos, Británica y Andina. Sin embargo, la Sinopharm de China parece ser menos efectiva en estas cepas. Por ello no me canso de repetir que hay que continuar con la política de distanciamiento social, utilización de barbijos e higiene constante”.
Finalmente, la preocupación ha llegado en los últimos días desde la India, donde los casos de infecciones, producto de la variante descubierta en ese país, han aumentado en varias naciones europeas, incluyendo Gran Bretaña, donde se ha desarrollado una agresiva política de inoculación a su población.
El ministro británico de vacunas, Nadhim Zahawi, declaró que “no hay pruebas de que la cepa india escape a las vacunas” pero las autoridades sanitarias de ese país han registrado el jueves 13 de mayo, 1313 casos de esta mutación que representa más del doble de los 520 registrados una semana antes.
En Gran Bretaña quieren comenzar a vacunar a los jóvenes de entre 18 y 30 años para “hacer más efectiva la lucha contra el aumento de esta variante”.
En nuestro país, la infectóloga Gabriela Piovano, señaló que con los datos disponibles hasta el momento donde se han registrado la circulación de las nuevas cepas de Río de Janeiro, Manaos, y Británica, todas las vacunas son eficaces.
La infectóloga del hospital Muñíz afirmó "las vacunas por ahora actúan bien contra estas cepas. El asunto es que, cuanto más tiempo esté circulando el virus, hay más posibilidades de que se forme una variante propia que se escape. Por lo tanto, hay que cortar lo antes posible la circulación comunitaria. Pueden seguir mutando, para convertirse en más contagiosas".
Los investigadores argentinos han comenzado a estudiar a la cepa de Sudáfrica y de la India que fueron detectadas en dos menores de edad que regresaron al país desde Paris, Francia, el pasado 10 de mayo, y un adulto de 58 años que volvía de España, para comprobar si las variaciones son reconocidas por las vacunas disponibles.
En la Argentina, con el 11,08% de la población inoculada y a 426 días de alcanzar el 70% de la población inmunizada según el sitio especializado https://timetoherd.com se pone de manifiesto el pronóstico de muchos sanitaristas que piensan que a este ritmo, compartido por la mayoría de los países, el virus no podrá ser eliminado y deberemos aprender a convivir con él.
La Universidad de Duke de los Estados Unidos ha elaborado un paper que afirma en sus conclusiones que “de transformarse la pandemia en un escenario endémico, el virus dejará de ser potencialmente letal” y podría por terminar siendo un especie de resfrío como los que teníamos de niños.