La llegada de 20 mil trabajadores golondrina para cosecha de peras y manzanas, un nuevo desafío sanitario
Hasta el momento, Río Negro registró más de 41 mil casos positivos de coronavirus, enfermedad que provocó 1.002 muertes.
Mientras enfrenta una dura situación con una altísima ocupación de camas e intenta mantener la temporada turística, Río Negro comenzó a hacer frente otro desafío sanitario con la llegada de miles de trabajadores "golondrina" que empezaron a arribar para la cosecha de manzanas y peras.
La provincia patagónica es una de las más complicadas en lo que respecta a la ocupación del sistema de salud: sólo queda un 16 por ciento de las camas libres para atender casos graves de coronavirus.
De todos modos, se mantiene la temporada turística en la tradicional zona cordillerana, así como también en las playas de la Costa Atlántica.
Ahora, Río Negro espera la llegada de unos 20 mil trabajadores temporarios del norte del país, popularmente conocidos como "golondrinas", que se desempeñarán en la cosecha de frutas.
Ante ese acontecimiento anual, la Gobernación diseñó un operativo sanitario para evitar el ingreso de casos positivos que provoquen un rebrote en la zona del Alto Valle de Río Negro.
La primera tanda de obreros arribó la semana pasada a la tradicional zona de cultivo de peras y manzanas, principalmente en los distritos de Villa Regina, Roca, Allen y Cipolletti.
"Unos 200 colectivos traerán los primeros 10 mil trabajadores para la temporada de cosecha. Se trabajará con los protocolos que se implementan a nivel nacional a través del Consejo Federal de Trabajo", señaló la subsecretaria de Trabajo provincial, Natalia Reynoso.
Anteriormente, Río Negro había tenido una suerte de prueba piloto con la cosecha de cerezas, en noviembre pasado.
El protocolo establece que para la temporada de cosecha de peras y manzanas, que se extiende hasta marzo, los trabajadores deben ser trasladados en colectivos habilitados a nivel nacional, con contrato de trabajo y deben contar con un hisopado negativo para Covid-19 o PCR: de lo contrario, no podrán ingresar a la provincia patagónica.
En las fronteras interprovinciales habrá controles para chequear la documentación y las autorizaciones de cada trabajador: una vez que arriben a sus destinos, tendrán que realizar un aislamiento de siete días.
Durante ese período serán asistidos con alimentos y víveres.
Algo que no podrán realizar los trabajadores golondrinas en esta ocasión será viajar junto a sus familias.
Ante la llegada y luego en la salida de estos micros, se harán test aleatorios, mínimo al 30 por ciento de cada contingente: esa medida sólo alcanzará a los trabajadores tucumanos, en base a un convenio entre ambas provincias.