La Justicia aceptó que se exhumeren los restos de dos bebés que murieron en el hospital neonatal en Córdoba
Fue tras el pedido de dos mamás al Fiscal de la causa. La acusación más grave recae en Brenda Agüero, enfermera del hospital.
Raúl Garzón, fiscal que investiga las muertes de los bebés en el Hospital Neonatal de Córdoba, aceptó que se exhumeren los cuerpos de dos menores para realizar las pruebas necesarias y así poder recabar más información al respecto.
Los pedidos fueron solicitados por Vanesa Cáceres y Damaris Bustamante, madres de Francisco y Benjamín quienes nacieron en marzo y abril de este año y murieron días después por causas que aun no se conocen.
La Justicia manifestó que se aceptó este pedido para acabar todas las posibilidades de pruebas científicas de los bebés.
Se estima que el gran influyente de las muertes es por la inyección de potasio en los cuerpos de los menores. Esa hipótesis se da por la aparición de pinchazos en los cuerpos de los bebés que dan por entendido que se les aplicó una sustancia por demás sin el consentimiento de ninguna autoridad o médico.
La exhumación de los cuerpos no había sido aprobada hasta ahora ya que para los investigadores al haber pasado tanto tiempo de los fallecimientos es poco probable que pueda haber evidencias concluyentes de porqué murieron.
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Aun así, para el Fiscal es importante que estos análisis se lleven a cabo y tras el pedido y aprobación de las dos mamás se espera que en los próximos días se lleven a cabo las investigaciones.
El conocimiento de estas muertes comenzó en marzo, pero recién tuvieron relevancia hace unos meses cuando los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia.
Hasta ahora hay siete personas imputadas por distintas responsabilidades como "omisión de los deberes de funcionario público", pero quién está más complicada es Brenda Agüero de 27 años que trabajaba como enfermera en el hospital. Se la acusa de "homicidio agravado reiterado por procedimiento insidioso en grado de tentativa", por los bebés sobrevivientes y también "falsedad ideológica".
A la mayoría de los bebés no se les practicó una autopsia ya que los médicos manifestaron que murieron producto de un paro cardiorespiratorio que no tenía respuesta alguna ya que todos habían nacido en perfecto estado de salud y horas más tarde fallecían.
Los informes preliminares señalan que dos bebés que nacieron el 6 de junio murieron por un cuadro de "hiperpotasemia" que fue causado por "por exceso de potasio inyectada de manera intencional".