Thug Behram o Buhram es el asesino serial con mayor cantidad de crímenes de la historia, ya que con su rumal, que es un pañuelo amarillo de ceremonia hindú, estranguló alrededor de 931 personas.

Nacido en 1765 en la India y muerto en 1840, paradójicamente por ahorcamiento, Behram fue líder del culto thuggee, que consistía en ser una red de fraternidades secretas que operaron en ese país desde la Edad Media hasta la década de 1830 y que se consideró como la primera mafia del mundo.​

Los Thugs formaban grupos de entre 10 y 200 hombres para recorrer toda esa nación y asesinar a sus víctimas de las que simplemente buscaban dinero y fortuna.

Lo hacían mediante el pañuelo amarillo llamado Ramal, que llegó a ser muy característico como seña de identidad de estas bandas adoradoras de Kali, la diosa hindú -también conocida como Kalika- asociada con la energía eterna. Behram, fue el gran líder de este grupo y quedó marcado por ser el más sanguinario de todos los que tuvo esta banda.

James Paton, oficial de la Compañía Británica en las Indias Orientales, cuando trabajaba para el departamento contra los ladrones y asesinatos (Departamento de Thugs y Dacoitis), informó en un pequeño manuscrito que realizó hablando sobre los thuggee alrededor de 1830, que eran personas con una enorme capacidad para matar, y hacía una mención a Behram.

En ese sentido, aseguraba que este asesino serial había sido un líder implacable para los Thugs y había confesado haber estado presente en 931 asesinatos.

Asimismo, fueron ordenados por él cada uno de estos crímenes, aunque confesó que no en todos él había participado como autor.

En este manuscrito, se habla de que Behram estuvo como jefe desde 1790 a 1840, había participado de alguna manera en 150 ahorcamientos y que en otros 125, el mismo había sido el estrangulador, como parte de las continuas actividades delictivas que perpetraban sus seguidores.

Estos grupos mafiosos cometían asesinatos casi impunes porque eran unos auténticos magos del escondite, por lo que las autoridades policiales, sobre todo inglesas, estaban alertados y los buscaban a sol y sombra porque les podrían generar muchos problemas en el aspecto de los negocios con otros países, ya que los Thugs tenían predilección por matar a extranjeros y a comerciantes de la Ruta de la Seda.

Por lo tanto, los británicos mandaron al teniente sir William Henry Sleeman, que se centró en desarticular a estas bandas por todo el país.

En 1835 atrapó a Syeed Amir Ali, que le sirvió para encontrar el apoyo del rey cuando le mostró la fosa de cien cadáveres, todos asesinados por los Thugs.

Sleeman logró la aprobación de las autoridades y se convirtió así en el comisario de la Compañía Británica en las Indias Orientales. Por lo tanto, consiguió encarcelar y condenar a la horca a más de 1.400 Thugs, demostrando sus atrocidades.

Sin embargo, el gran operativo que logró contra esta secta de estranguladores fue al detener a Behram, fin que obtuvo gracias a informantes que situaron a este líder en muchos crímenes.

El jefe de estas sectas fue ubicado en una prisión creada para los Thugs en Jabalpur, donde confesó los al menos 931 asesinatos por estrangulación en los que había participado junto a sus Thugs.

Behram, finalmente, fue condenado a la horca en 1840, por lo que fue el último gran líder de esta sociedad secreta de adoradores de Kali.