Lenko Latkov, conocido como "el violador de Plovdiv", fue un asesino serial de Bulgaria que abusó sexualmente y mató a tres mujeres, pero que se sospecha que cometió otros tres homicidios.

Nacido en 1975, Latkov cometió sus crímenes en la provincia de Haskovo entre 1999 y 2000, pero también se le atribuyen varias violaciones más.

Cuando era pequeño, este sujeto vivió en varios orfanatos y ya de adolescente comenzaron a recaer sobre su persona denuncias por violaciones en Veliko Tarnovo. 

A pesar de los cargos, Latkov fue liberado, pero años después, el 13 de marzo de 2003, fue detenido nuevamente por secuestrar y violar a un niño de 13 años en una parada de autobús de Haskovo.

Después de un interrogatorio de cinco horas de duración, confesó haber violado a una joven de 16 años en Veliko Tarnovo y haber asesinado a tres mujeres ancianas en la provincia de Haskovo.​

Las víctimas fueron identificadas como: Lilyana Ivanova, de 84 años, asesinada en Haskovo en 1999; Kaluda Golemanova, asesinada en Lyubimets en 2000; y Elena Atanasova, de 71 años, falleció tras sufrir una brutal tortura en Biser en 2000.

Las sospechas sobre otros tres homicidios quedaron en eso porque no hubo información disponible sobre estos asesinatos. 

Tras su detención, fue trasladado a un hospital psiquiátrico en Lovech, donde escribió una carta a las autoridades investigadoras de Haskovo en la que hablaba de su soledad, de su agradecimiento por el trato humano que le habían dispensado y de una petición de algunos cigarrillos.​

Latkov fue trasladado a una prisión en Stara Zagora, después de revaluaciones de psicólogos y de investigadores.

Una vez en la cárcel, el múltiple homicida, compartió celda con Sami Bayram Aptullah, otro preso con una enfermedad mental que cumplía una condena de 8 años por intento de asesinato. 

El 13 de septiembre de 2003, los dos comenzaron a discutir sobre algún detalle que nunca se conoció, y Aptullah, físicamente más fuerte, golpeó y estranguló a Latkov en cuestión de segundos. 

Poco después, comenzó a golpear la puerta de su celda, atrayendo la atención de los guardias y del personal médico que intentaron salvar la vida del asesino serial, pero no pudieron lograrlo. En tanto, el asesino en cuestión fue trasladado a una celda solitaria.​