La grieta en tiempos de coronavirus
Las redes sociales suelen ser territorio de combate. Teatros de operaciones. Allí todo da para la polémica. Y el 24 de marzo ocupa la semana.
Por Alejandro Esteban Bidondo.
Las polémicas están a la orden del día en las redes sociales, aún en estos tiempos de cuarentena obligatoria por coronavirus.
Si traen médicos de Cuba, unos aplauden y otros repudian. Discuten.
El 24 de marzo se dijo Nunca Más. Pero hubo mensajes sutiles. O no tanto.
Tomemos por ejemplo un grupo de whatsapp formado por hinchas de un club de fútbol cualquiera.
El autor conoce uno.
Un integrante, que no da su nombre, rara vez se refiere al equipo de la entidad en cuestión y suele enviar mensajes "virales".
El 24 de marzo mandó un video emotivo, al principio y al final, pero que en el medio presenta a un oficial gritándole a la tropa "¡VIVA LA PATRIA! ¡DIOS Y PATRIA O MUERTE!" Sugestivas coincidencias.
Un día después, mandó otro videíto con un comentario: "Así aprenden. Qué lindo ver así a la vagancia".
¿Qué es?
La imagen de unos jóvenes detenidos a quienes la autoridad hace "bailar".
Les ordenan hacer gimnasia y, en el medio, cantar el Himno Nacional Argentino. Ese video dura más de seis minutos. Por supuesto que quien lo sube viola las últimas recomendaciones del ENACOM, en tanto que condena a "la vagancia".
Mientras tanto, los castigadores parecen oficiales "naif". Pero hay en todo eso un mensaje subliminal, de aplicación de la ley personal y cierto nacionalismo -cuando no racismo- encubierto. Incluso de guerra de pobres contra pobres.
Para qué.
Las polémicas nacieron al instante, con hinchas escribiendo "Nunca Más".
Claro que el caso no es uno solo y uno de ellos trepó a las páginas informativas.
“Cuidado con el virus, por supuesto, pero igual cuidado con esto, que acaba de suceder en la Villa 1 11 14, aunque no lo puedas ver en muchos canales más: a esto también le gritamos Nunca Más”. Con este mensaje, la organización villera Garganta Poderosa difundió un video que muestra a tres agentes de las fuerzas de seguridad amedrentando a dos jóvenes en los pasillos de esa villa porteña.