La Fiscalía solicitó al juez de la causa Maradona que se libren oficios para investigar un dato clave
El objetivo es conocer si hubo algún ingreso de dinero fuera de lo común y, además, si realmente cobraban ese dinero.
La Fiscalía de San Isidro continúa trabajando para esclarecer la muerte de Diego Maradona y en las últimas horas solicitó al juez Orlando Díaz, quien está a cargo de la causa, que se libren tres oficios a diferentes bancos para investigar los movimientos financieros de los médicos que atendieron al 10 durante sus días finales: el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Diaz.
El objetivo es conocer si hubo algún ingreso de dinero fuera de lo común y, además, si realmente cobraban el dinero que se supone por cuidar la salud del ídolo, ya que en el expediente figuran los montos que cobraban, pero deben corroborarlo.
"Queremos sacarnos la duda de si alguno recibió, además de su sueldo, alguna suma exagerada de dinero y si eso tuvo que ver con su actividad médica relacionada a Maradona aunque no creemos que haya sucedido", dijo una fuente de la causa.
Este pedido se da mientras esperan los resultados de la junta médica que en unas dos semanas expedirá sus conclusiones. En total, los especialistas, incluidos los peritos de parte, tienen que responder 24 preguntas.
El sábado pasado, los galenos se reunieron para ver el video completo de la autopsia. Allí cada uno tomó sus propios apuntes y luego debatieron durante varios minutos. Luego hubo otra reunión, pero por videoconferencia.
Según trascendió, los peritos de parte que más objeciones han presentado ante cada punto son los puestos por la defensa de Luque y, por ello, los plazos se están extendiendo más de lo previsto.
Para los investigadores las conclusiones de la junta serán fundamentales. Una vez que ese documento esté listo, los fiscales se tomarán unos días para analizarlo a fondo y allí determinar si se da un cambio de carátula en la causa, que por el momento se mantiene en homicidio culposo.
Los otros puntos a evaluar son las supuestas falencias de su internación domiciliaria en Tigre, donde murió sin un llamador de cama, sin suero, sin tubo de oxígeno, sin un aparato para tomarle la presión, sin un baño en la habitación y con sus teléfonos manipulados por su entorno.