Un reciente informe en manos de meteorólogos dio cuenta de una menor contaminación como consecuencia de la cuarentena general obligatoria dictada por la pandemia de coronavirus, en la Argentina y otros países.

Presencias animales inesperadas en la vía pública o incluso en vías fluviales contaminadas como el Riachuelo, son algunos de los datos.

Todo eso se produce porque las personas están recluidas en sus hogares y hay menor circulación de vehículos; por ende, una disminución de la contaminación sonora. Pero subyace un problema adicional ya que en los edificios se producen renovados conflictos, que afectan a la convivencia.

Por lo general, los desencuentros se deben a ruidos molestos: música en alto volumen que molesta al de al lado, o bien estampidos generados por una pesa que se cayó, cuando no las vibraciones de la cinta para correr que alguno se compró...

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(Las cintas para correr son ruidosas. Foto: NA/topcomparativas.com)

Las administraciones, entonces, debieron repartir sus papeletas con recomendaciones, recordando regalmentos generales.

Y claro, familias completas están puertas adentro y los más chicos o incluso los deportistas, generan ruidos.

En España incluso, los medios publicaron de los griteríos de reclamo que se suelen oir: "Hombre, que esto no es un hipódromo, es un consorcio de vecinos".