La comisaria de a bordo de la línea aérea American Airlines Laura Diana Schulz, que intentaba contrabandear dos kilos de joyas y lingotes de oro desde Ezeiza hacia la ciudad estadounidense de Miami irá a juicio oral.

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico ratificó su procesamiento por "contrabando de divisas, lingotes de oro, alhajas y relojes en grado de tentativa".

Fuentes judiciales revelaron a NA que la determinación fue llevada a cabo por la Sala B, cuyos integrantes son Roberto Enrique Hornos y Carolina Laura Inés Robiglio, que avaló lo dispuesto por el juez en lo Penal y Económico número 6, Marcelo Aguinsky.

Schulz, quien fue procesada en octubre del año pasado sin prisión preventiva y se le trabó un embargo por 93 millones de pesos, había tratado de llevar de contrabando más de dos kilos de oro en joyas y en lingotes, más de 11.000 dólares y otras divisas que llevaba ocultos en su equipaje.

La azafata, quien hacía 28 años trabajaba en esa empresa, fue detenida el 23 de septiembre del año pasado por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), cuando le encontraron dichos elementos, al disponerse a embarcar en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza el vuelo AA900, con destino a Miami.

Al colocar las pertenencias en la máquina rayos X, los efectivos de la PSA detectaron elementos extraños, por lo que le consultaron por el contenido del equipaje.

Fue así como, por orden judicial, le requisaron sus pertenencias y encontraron tres lingotes de oro y otras joyas; 11.413 dólares; 19.377 pesos; 292.000 pesos colombianos y monedas antiguas.

La azafata que intentó contrabandear joyas y lingotes de oro va a juicio oral

El fallo de 57 páginas que emitió en el procesamiento el juez Aguinsky remarcó que también se encontraron tres anillos, un colgante con soga roja y una pieza, una gargantilla, un collar de eslabones, un brazalete, cuatro pulseras y un par de aros, todo ello de oro, que sumado a los lingotes arrojó un peso total de 2.204 gramos.

Asimismo, hallaron un reloj marca Audemars Piguet y otro Rolex, precisaron los voceros judiciales.

Schulz se negó a declarar en un principio, pero luego presentó un escrito, en el que aseguró que el dinero le pertenecía en su totalidad, como algunas de las monedas encontradas, y aclaró que "otras son colectas que realiza Unicef".

Respecto de las joyas y el oro, la azafata afirmó que eran de ella y de sus hermanos porque provenían de una herencia familiar, y en la última indagatoria ante el magistrado respondió que no tenía documentación que lo respaldara.

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"Lo que surge en primer término y de modo irrefutable es que, por parte de la aquí imputada, existió una voluntad encaminada a extraer del territorio nacional, en forma no bancarizada y sin previa declaración, las divisas, lingotes de oro, láminas de oro, alhajas y relojes secuestrados en el procedimiento", indicó el magistrado en su resolución.

Para Aguinsky, la mujer "actuó con el conocimiento y voluntad exigida por el tipo penal y en esta ocasión, intentó sortear el control aduanero valiéndose de su experiencia y habitualidad en el cruce de fronteras".

"No resulta lógico que quien trabaje en una aerolínea aérea hace 28 años y por ende conoce la normativa específica vigente, pretenda cruzar las fronteras con la cantidad de dinero, lingotes y láminas de oro, alhajas y relojes que le fueron secuestrados, sin riesgo a ser descubierto, circunstancia que refleja la clara y única voluntad de proceder de manera ilícita, creyendo que podría con su profesionalismo, habilidad y uniforme, sortear con éxito el debido control aduanero", explicó.

Asimismo, el juez remarcó que "Schulz actuó con el conocimiento y voluntad exigida por el tipo penal y en esta ocasión, intentó sortear el control aduanero valiéndose de su experiencia y habitualidad en el cruce de frontera".

Las joyas y los tres lingotes de oro de 250 gramos cada uno y las láminas de oro de poco más de 170 gramos incautados tienen un valor internacional de 111.563 dólares, según la tasación realizada por un experto del Banco Ciudad.

Asimismo, el magistrado enumeró, entre las pruebas recolectadas, gran cantidad de conversaciones vía la aplicación WhatsApp que la azafata mantenía con los destinatarios de los elementos a contrabandear.