La abogada Ana Rosenfeld logró revertir un fallo y ahora le cobrará un millón de dólares a una clienta
En primera instancia le habían rechazado la demanda y condenado a pagar una fortuna por las costas del proceso, pero ahora la Cámara le dio la razón en su reclamo.
La abogada mediática Ana Rosenfeld logró revertir un fallo en su contra y ahora es acreedora a honorarios por un millón de dólares por un divorcio millonario.
A mitad de año, un juez civil había rechazado un reclamo de Rosenfeld por honorarios por un millón de dólares y la condenó a pagar las costas del proceso, que trepan a casi 40 millones de pesos.
Rosenfeld había demandado a Carolina Cynthia Maneiro por una conflictiva situación familiar, con divorcio y división de bienes multimillonarios con su marido, el acaudalado empresario Jorge Raúl Cermesoni.
En primera instancia perdió el juicio, pero ahora la Cámara Civil, en un fallo firmado por los jueces Maximiliano Caia y Gabriela Scolarici, le dio la razón, aceptó el reclamo por sus honorarios y la liberó de pagar las costas del proceso.
“No se juzga la facultad de la clienta de revocar el patrocinio letrado que ejercía la profesional en su favor. (…) No se pone en tela de juicio que la demandada contaba con la facultad de disponer la revocación del patrocinio de su letrada y para el caso de darse esa situación habían libremente acordado que la clienta le abonaría la suma de dinero determinada”, sostiene el fallo.
“No se alegó, menos se probó, negligencia en su desempeño profesional como así tampoco vicio de la voluntad que obste la procedencia de los efectos del acto jurídico celebrado razón por lo cual se torna operativo el reconocimiento de la suma de dinero establecida en favor de la profesional”, dijeron los camaristas al revertir el fallo de primera instancia.
Rosenfeld asumió la representación letrada de la mujer en 2012 “para intervenir en numerosos asuntos de familia, en virtud de la conflictiva que tenía con su cónyuge” con quien estaba “enfrentando un divorcio muy difícil, no solo por las cuestiones de familia involucradas, sino porque su marido era un hombre de fortuna que la canalizaba a través de sociedades argentinas, uruguayas, norteamericanas y panameñas”.
Las partes acordaron honorarios y una cláusula “para el supuesto de revocar el patrocinio” que inicialmente era de cien mil dólares y luego se actualizó a un millón, mediante un convenio privado.
En marzo de 2016, Maneiro revocó el mandato de la abogada argumentando que “el convenio de honorarios y su addenda modificatoria ha sido propuesto con abuso de su calidad de asesora y de su profesión de abogada”.
“La demandada –replicó el fallo de Cámara- ninguna razón adujo para implementar la revocación del mandato otorgado en favor de la actora, destacando que el hecho de no haber invocado ninguna causal para justificar esa decisión conformó un indicio elocuente de que no existían razones para apartar a la profesional, más que la propia voluntad de su cliente”.
Rosenfeld argumentó, al reclamar el millón de dólares, que “la revocación del mandato operó de forma intempestiva e incausada, de manera consecuente cobró virtualidad inmediata la cláusula y obligación dineraria asumida”.
La Cámara resolvió “admitir parcialmente la demanda y, en consecuencia condenar a la demandada a abonar a la actora la sumas pactadas en la adenda modificatoria, con más sus intereses a liquidar” e “imponer las costas de ambas instancias a la vencida” Maneiro.