La ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense tendrán uno de los inviernos más fríos de los últimos años, en un año complicado por la suba del gas y la luz, provocando que se vengan unas facturas impagables para muchos argentinos.

Y el dato de las marcas térmicas frías comenzaron a alertar sobre la posibilidad de que vuelva a nevar en en el AMBA y en ciudades como Mar del Plata.

Invierno duro y bajas temperaturas: qué tiene que pasar para que vuelva a nevar en Buenos Aires

Qué tiene que pasar para que vuelva a nevar en Buenos Aires

Los ingredientes para una nevada:

  • Aire frío: No solo en la superficie, sino también en las capas altas de la atmósfera. La temperatura debe ser igual o inferior a 0°C en toda la columna de aire por la que desciendan las precipitaciones.
  • Humedad: La presencia de vapor de agua en la atmósfera es fundamental para la formación de nubes y, posteriormente, de nieve.
  • Precipitación: Es necesario que se produzcan precipitaciones en forma de nieve, lo que implica que las nubes deben encontrarse a una temperatura lo suficientemente baja como para que los cristales de hielo no se derritan antes de llegar al suelo.
Invierno duro y bajas temperaturas: qué tiene que pasar para que vuelva a nevar en Buenos Aires

Por qué no es habitual la nieve en Buenos Aires

La ubicación geográfica de Buenos Aires juega un papel importante en la baja probabilidad de nevadas. La ciudad se encuentra a una latitud subtropical, lo que significa que recibe una gran cantidad de radiación solar durante todo el año.

Además, la presencia del Océano Atlántico genera un efecto moderador sobre el clima, actuando como un regulador de temperatura y dificultando la entrada de masas de aire frío extremo.

La última vez que nevó en Buenos Aires fue en 2007, cuando una masa de aire polar proveniente de la Antártida provocó una histórica nevada que cubrió la ciudad con un manto blanco de hasta 25 centímetros de espesor.

Mientras tanto, los porteños pueden disfrutar de los fríos inviernos y esperar con ilusión la posibilidad de presenciar un nuevo espectáculo de nieve en sus calles.