No negociamos fechas por algún beneficio”, explicó de manera concluyente la vocera del Gobierno porteño, Laura Alonso, para rechazar la iniciativa del secretario de Turismo y Deportes, Daniel Scioli. “Las clases se van a iniciar el 24 de febrero, como está previsto en el calendario oficial”, afirmó la funcionaria nombrada por el Jefe de Gobierno, Jorge Macri.

Daniel Scioli sostuvo que la propuesta de su oficina para comenzar las clases el próximo 5 de marzo, es para “integrar” los inicios de las clases con las provincias y “aplicar el sentido común. No es la contradicción educación o turismo” lo que proponemos.

Al tiempo que los desacuerdos persisten entras las administraciones gubernamentales, los expertos en educación observan con sorpresa la polémica por una semana más o menos de vacaciones y como se pierden oportunidades para hablar de lo que más importa: la calidad educativa.

Para la especialista en educación, María Virginia Calvo el debate entre Nación y Ciudad esquiva la necesidad de enfocarse en la calidad de esos días en disputa más que en su cantidad.

Calvo subrayó que "la educación no puede ser evaluada como una simple suma de horas o días cumplidos. Se exige la cantidad de días cumplidos como si fuera un mérito en sí mismo, sin detenernos a reflexionar si esos días están siendo verdaderamente productivos para el desarrollo de los estudiantes”.

La especialista entiende que la pulsión por mostrar resultados numéricos refleja una preocupante ausencia de debate sobre el propósito real de la educación y el impacto que el paso por la escuela tiene en la vida de niños y adolescentes.

En declaraciones a NA afirmó, "…hay que cuestionar la omnipresencia de los números como indicador de éxito en el ámbito educativo. Nos olvidamos de que la educación no puede ser una simple estadística. El verdadero reto está en lo que ocurre durante esos días: en cómo se viven, qué se aprende y, sobre todo, cómo impacta en los estudiantes más allá del contenido académico”, afirmó. 

Desde su perspectiva, la obsesión por la cantidad invisibiliza el debate sobre las condiciones necesarias para que la escuela sea un espacio de desarrollo integral.

"La pregunta que habría que hacerse es ¿Qué estamos promoviendo en la escuela? ¿Es un lugar que favorece el desarrollo de talentos, el respeto mutuo y el bienestar emocional de los estudiantes? Hoy más que nunca debemos preguntarnos si la escuela está siendo un ámbito adecuado para formar ciudadanos críticos, empáticos y responsables”, reflexionó Calvo.

La educación ideal para María Virgina Calvo es “…la que se enfoca en mucho más que la transmisión de contenidos: también en la adquisición de habilidades para la vida.Este planteo pone en evidencia la necesidad de reconfigurar las prioridades en la educación”. 

“Las escuelas deberían ser espacios donde los estudiantes aprendan a resolver conflictos, trabajar en equipo, gestionar sus emociones y colaborar en un entorno que promueva el respeto y la empatía. Sin estas bases, la educación difícilmente cumplirá su función transformadora en la sociedad.El debate queda abierto mientras se discuten las fechas de inicio y la cantidad de días de clase”, explicó.