Dos de los rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero pasado a la salida de un boliche de Villa Gesell quedaron más complicados, luego de hallarse su ADN de la víctima en la camisa de uno de ellos y sangre del restante en una uña del joven asesinado.

La fiscal de la causa, Verónica Zamboni, recibió los resultados de una serie de estudios de ADN realizados en laboratorios del Ministerio Público en Junín.

Fuentes judiciales revelaron que esas pericias determinaron que había sangre de Báez Sosa en una camisa de Matías Benicelli, la cual estaba mezclada con sangre del mismo Benicelli.

En tanto, un hisopado a la uña de un dedo meñique de la víctima reveló sangre de Blas Cinalli, otro de los implicados, algo que ya había trascendido el mes pasado pero no de manera oficial.