Desde que se descubrió que las inteligencias son múltiples gracias al trabajo desarrollado en 1983 por Howard Gardner, doctor y profesor en Psicología y Ciencias de la Educación en la Universidad de Harvard, cada vez más empresas y entornos laborales incorporan a sus equipos de trabajo personas con “habilidades blandas”.

¿Por qué? Porque se ha comprobado en diversos estudios que personas con este tipo de habilidades, que destacan por su capacidad en la comunicación asertiva, que son flexibles, empáticas y que en términos coloquiales logran “ponerse en los zapatos del otro”, consiguen mejores resultados laborales.

Según señalaba Gardner en el artículo "Cómo desarrollar las inteligencias múltiples en tu empresa", es imprescindible que los trabajadores ocupen los puestos en los que mejor puedan explotar sus habilidades y conocimientos. La inteligencia es –dice el psicólogo norteamericano- un conjunto de distintas y diferenciadas inteligencias, en oposición al paradigma clásico de la inteligencia única la cual, a su vez, está principalmente identificada con aquella que solo aborda los aspectos lógico matemáticos. Para comprender cómo está cambiando el mundo laboral en este sentido y cómo entrenar las “habilidades blandas”, NA conversó con la psicóloga Victoria Gómez Bonilla. 

En relación al rol que cumplieron las habilidades blandas en la historia, Gómez Bonilla consideró: “Siempre tuvieron un lugar muy reducido en comparación al grado de importancia que se le otorgó a las llamadas habilidades duras, porque se consideraba que quien tuviera un buen manejo de las habilidades duras era más inteligente, algo que luego del trabajo de Gardner entra en discusión y toma una nueva dimensión”.

De todas formas, asegura la experta consultada que “todavía se sigue midiendo la inteligencia a partir de un coeficiente intelectual, el cual es número que únicamente tiene en cuenta a un solo tipo de inteligencia, la lógico-matemática, y sigue dejando todas las otras inteligencias”.

En las últimas décadas se realizaron diversos estudios en el mercado laboral que demostraron que se obtiene mejor rendimiento laboral en equipos de trabajo con personas que tienen una buena gestión del tiempo y que saben comunicar de manera asertiva y empática.

Una investigación llevada a cabo en 2021 en más de 80 millones de ofertas de trabajo en 22 sectores por la organización educativa sin fines de lucro America Succeeds industriales, reveló que casi dos tercios de los puestos incluían habilidades blandas entre sus calificaciones. A su vez, entre las 10 habilidades más demandadas entre las ofertas de trabajo, 7 eran “blandas”, con prioridad en la capacidad de resolución de problemas, la planificación y, nuevamente, la comunicación asertiva.

En ese mismo documento también se detalló en qué puestos laborales se priorizan las habilidades blandas: el 91% en los puestos de gestión, el 86% en los puestos de operaciones comerciales y el 81% en los puestos de ingeniería. En este último campo llamó especialmente la atención ya que suele ser un área de conocimiento donde históricamente se dio prioridad a la capacidad técnica, es decir, a las habilidades consideradas “duras”.

El desarrollo de las habilidades blandas

“Contrariamente a lo que se creyó históricamente, las habilidades blandas son más difíciles de entrenar que las habilidades duras. Casi cualquier persona puede lograr manejar el sistema operativo de una empresa si dedica tiempo, esfuerzo, si lee un determinado manual. Sin embargo, en el aprendizaje de las habilidades blandas se requiere de la interconexión con otra persona, por lo tanto, también va a requerir de un mayor esfuerzo por desaprender patrones viejos de comportamiento y flexibilizar la capacidad empática para comprender a esa otra persona con quien queremos relacionarnos”, detalla Gómez Bonilla.

¿Cómo se logra? Para empezar, a través de actividades compartidas con otras personas en el ámbito social donde existan espacios de debate e intercambio. Además, la especialista recomienda la práctica de algún tipo de terapia, y al mismo aclara: “Todo aporta en el desarrollo de las habilidades blandas, aunque no hay efectivamente una manera de medir cuan hábil es una persona en relación a sus habilidades blandas. Es más difícil de evaluar cuan empático es una persona y si sabe comunicar asertivamente lo que tiene para decir”.

La teoría de las inteligencias múltiples según Gardner

La investigación de Gardner identifico a la inteligencia humana en ocho capacidades potenciales:

  1. Inteligencia lingüística. Esta habilidad está relacionada con la pericia en la que una persona utiliza el lenguaje, tanto en su versión oral, como escrita o corporal. Por ello, es muy importante en profesiones como políticos, periodistas, conferenciantes…
  2. Inteligencia lógico-matemática. Los sujetos con esta inteligencia destacan por su capacidad para resolver problemas, realizar operaciones mentales y trabajar con hipótesis abstractas. Los ingenieros, financieros o científicos suelen gozar de este tipo de competencias.
  3. Inteligencia espacial. Este tipo de las inteligencias múltiples supone una alta capacidad para recrear espacios de forma mental y manipularlos con la imaginación, por lo que suele darse en los campos de la arquitectura, el diseño o la publicidad.
  4. Inteligencia musical. Se trata de la habilidad para comprender, analizar y crear obras musicales. Aunque es propia de los músicos y compositores, también es relevante en otros puestos laborales, como técnicos de sonido o críticos musicales.
  5. Inteligencia kinestésica. En este caso, el potencial de la persona se concentra en su capacidad para realizar actividades que necesitan de una buena función motora. Es muy útil para bailarines y deportistas, pero también para cirujanos o cualquier otro profesional que tiene que realizar trabajos manuales.
  6. Inteligencia intrapersonal. Consiste en la capacidad para tomar consciencia de uno mismo y usar esa información para tomar decisiones. Los emprendedores suelen poseer este tipo de inteligencia muy desarrollada.
  7. Inteligencia interpersonal. En este caso, las personas desarrollan una gran capacidad para comprender a los demás y mostrar una actitud empática, por lo que es muy demandada para trabajos en los que el contacto humano es frecuente, como comerciales, docentes o psicólogos. Esta modalidad, junto a la inteligencia intrapersonal, conforman lo que Daniel Goleman describió como inteligencia emocional.
  8. Inteligencia naturalista. Esta inteligencia se refiere a la habilidad para disfrutar de los entornos naturales y de aprovechar los recursos para crear soluciones ingeniosas, crear patronas y prever tendencias de la naturaleza. Aventureros, jardineros o biólogos disfrutan de un alto grado de esta competencia.