Por Alejandro Esteban Bidondo.

Llamaron de la unidad móvil con información urgente y la imagen apareció en la pantalla de un canal de Buenos Aires con tres demorados en el partido de Lanús.

"Son sospechosos. No solamente violaban la cuarentena general. Venían caminando los tres juntos. La Policía los vio y los tiene demorados", informaba el cronista con cierta dosis de alarma frente a las detenciones.

El conductor de la emisión, mientras tanto, se percató en que los tenían esposados a la reja de la ventana y que los individuos manoseaban los barrotes.

"Me imagino la preocupación de la vecina con esta situación. No sabemos si estas personas pueden o no estar infectadas, tocan la reja, el virus vive en los metales", reflexionó con acierto Guillermo Andino.

Es de imaginar cómo la vecina saltó a los barrotes con esponja y lavandina para higienizar la zona sobre la cual hicieron contacto los sospechosos que, nunca más se supo, si eran amigos de lo ajeno, simples infractores que salieron a caminar todos juntos por las calles de Lanús, o trabajadores esenciales que se iban para sus casas al mediodía.

Por lo menos esos sospechosos se salvaron de los saltos de rana y de la clase de canto que sufrieron otros demorados en Capital y Gran Buenos Aires durante las últimas horas.

Hay que desearles, por el bien de ellos y de la comunidad, que también se salven del coronavirus y darles el mejor consejo: #QuedateEnCasa y no pasás otro mal rato.