El mago Carlos Barragán le pidió al juez federal Ariel Lijo que dicte su sobreseimiento en la causa conocida como “Escuela de Yoga”, en la que hace un mes la Cámara Federal anuló la elevación a juicio oral de todos los imputados, puso en jaque a la investigación y la retrotrajo virtualmente a fojas cero.

Barragán presentó un escrito ante el juez Lijo haciendo hincapié en que desde hace más de un año goza de falta de mérito en el expediente y, tras el fallo de la Cámara, si situación debe encaminarse a un sobreseimiento definitivo.

“Considero una terrible violación al Código Penal y total desobediencia a sus superiores que al día de la fecha aún mi cuenta bancaria siga embargada, con los desméritos económicos al no poder disponer de mis bienes, los cuales -por razones de público conocimiento- han sufrido un deterioro más que considerable”, aludió Barragán al escenario inflacionario.

No sé quién se hará cargo” de ello, se preguntó.

Además, el ilusionista explicó que debió ser sometido a “una operación a pecho abierto para reparar mi corazón, tema que surgió por la farsa armada en mi contra”.

“Ya han peritado los más de 4.000 videos VHS que según el denúnciate, Pablo Salum y la PROTEX (procuraduría contra la trata) contenían material sensible, resultando una pérdida de tiempo y recursos del Estado”, desafió Barragán.

“Los peritos especializados no encontrar nada”, subrayó.

Al pedir su desvinculación de la causa, Barragán le reprochó al juez Lijo que “ignora el pedido de sobreseimiento, continuando a seguir la campaña de desprestigio hacia mi extensa carrera”.

En ese punto, alertó: “cada vez que se solicita mi participación (en espectáculos de magia, ndr), quien contrata recibe infinidad de amenazas y mensajes intimidatorios que hacen que se cancele mi contratación”.

Barragán exigió “la devolución inmediata de todos los aparatos electrónicos secuestrados”.

“Allí se encuentra todo mi materia de trabajo, músicas, pantallas. Estos efectos se encuentran distribuidos en mis computadores, así como los ‘programas mágicos’ y programas de trabajo que permitirían el normal desarrollo de mis actividades”, sintetizó.