La polémica iniciativa fue impulsada por Eduardo Pires, ingeniero agrónomo especializado en ecología y exdocente de la Universidad Nacional de Rosario, que planteó la muerte de palomas con gomeras y rifles de aire comprimido para usar su carne y alimentar a la población, situación que ayudaría a bajar el número de aves.

La propuesta dio qué hablar en Rosario y un médico veterinario salió al cruce argumentando la iniciativa con los riesgos que la actividad puede conllevar para la salud, entre otros tantos inconvenientes.

Guillermo Pérez Jimeno, especialista en fauna silvestre, consideró que el método propuesto "es una locura desde el punto de vista sanitario. ¿Quién va a hacer el control bromatológico antes de que se utilicen para el consumo, ya sea animal o humano", se planteó.

Entre los riesgos vinculados con la salud, el profesional detalló "las enfermedades transmisibles por los alimentos", ya que "cuando se mata a un animal de un golpe, como una piedra de un gomerazo, ya se está produciendo una fractura, una hemorragia: podés romper las vísceras y contaminar todo el músculo, que es lo que vas a comer".

Por otro lado, mencionó el lado "inhumano" de la propuesta, destacó que "somos los seres humanos los que modificamos el ambiente" y apuntó que "expone la seguridad de otras personas".