La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) presentó un nuevo reglamento de uniformes no binario que se centra en la identidad autopercibida de cada
integrante de la fuerza y evita basarse en géneros y estereotipos.

El mismo, según se informó, promueve el respeto por el trato y tiene el objetivo de ampliar derechos.

Así, desde ahora, todo el personal de la PSA no solo podrá elegir el uniforme que se adecúe a su identidad de género autopercibida, sino que también podrá usar el cabello largo recogido, tener barba y/o bigote, utilizar cosméticos de manera discreta, usar tatuajes, siempre que no sean ofensivos para terceros.

Durante la presentación del mismo, se indicó que el cambio de paradigma se gestó por la demanda de un oficial, que en plena transición hacia su identidad autopercibida, debía desarrollar como primeras acciones pintarse las uñas y delinearse los ojos, pero se exponía a eventuales sanciones dado que el reglamento de la fuerza no lo contemplaba, ni se lo permitía.

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Además, durante la presentación del Reglamento Particular de Uniformes, Atributos, Distintivos y Condecoraciones de la PSA, se explicó "la necesidad de ofrecer opciones de uniforme diverso e inclusivo, bajo ciertas normas y aliño especial acordes con la fuerza" con una medida que "busca prevenir la discriminación y exclusión que conforman situaciones de violencia y agresión a las personas con identidades que no coinciden con el sexo con el que fueron inscriptas al nacer" o que transitan situaciones especiales.

"Es una propuesta que vino de abajo hacia arriba. En este caso, fue la inquietud de un oficial que estaba en su tránsito a ser mujer; su proceso exigía determinadas acciones progresivas y la institución, con sus protocolos, se lo negaba", explicó el director nacional de la PSA José Glinski.

Y agregó: "Entonces comenzamos a trabajar en eso y advertimos que no solo debíamos eliminar la diferenciación y hacer uniformes unisex; también vimos que había otras cuestiones injustas y estigmatizantes, como el hecho de que las mujeres lactantes no pudieran cumplir tareas y debieran llevar camisa blanca y pantalón negro, o que las embarazadas no pudieran llevar uniforme".

Desde la fuerza explicaron que "deshacer el estereotipo y desarticular el paradigma del binarismo sexual fue el disparador de una mesa de trabajo que incluyó a toda la estructura operacional de conducción y que derivó en la creación de un nuevo reglamento de uniformes no binario, el primero entre las fuerzas del país".