En el corazón de los Valles Calchaquíes, envuelto por un paisaje de montañas rojizas, se encuentra un pequeño pueblo muy pintoresco que se volvió fantasma cuando dejó de pasar el tren, allá por la década del ´70. 

Se trata de Alemanía, una localidad escondida en la provincia de Salta, que lleva el nombre de un país europeo y guarda relatos de esplendor, decadencia y renacimiento. Más que un simple punto en el mapa, Alemanía es un símbolo de resistencia frente al paso del tiempo y las adversidades que marcaron su destino.

La historia de Alemanía comienza a principios del siglo XX, cuando fue fundada por trabajadores ferroviarios que llegaron con una misión ambiciosa: extender el Ramal C13 del tren. Este proyecto pretendía conectar la ciudad de Salta con el paso de San Francisco, una frontera natural entre Argentina y Chile. Las vías debían atravesar los imponentes Valles Calchaquíes y la Quebrada de las Conchas, una obra de ingeniería en un entorno agreste, pero majestuoso.

Alemanía, que llegó a contar con 200 habitantes en su momento de esplendor y en el centro del pueblo había una delegación policial, una oficina de correos, hoteles modestos y algunas fondas en las que se podía comer buenos platos a precios populares. 

El viejo puente de tren es uno de los atractivos turísticos para visitar en Alemanía. Foto: Agencia Noticias Argentinas / Google
El viejo puente de tren es uno de los atractivos turísticos para visitar en Alemanía. Foto: Agencia Noticias Argentinas / Google

Sin embargo, el destino de Alemanía quedó marcado por un acontecimiento que ocurrió a miles de kilómetros de distancia: la Primera Guerra Mundial. Con el estallido del conflicto en Europa, los recursos económicos destinados a la expansión ferroviaria se paralizaron y el Ramal C13 quedó inconcluso. Las obras se detuvieron, y la esperanza de conectar Alemanía con Chile se esfumó. La economía del pueblo, que dependía casi exclusivamente del ferrocarril, comenzó a ir cuesta abajo.

En las décadas siguientes hubo intentos esporádicos por retomar el proyecto, pero nunca lograron concretarse. De esta manera, Alemanía solamente quedó conectada con el tren que la única con la localidad de General Güemes hasta que en 1971 ese ramal fue cancelado, por lo que la estación quedó en desuso y lo que alguna vez fue un pueblo vibrante poco a poco comenzó a convertirse en un pueblo fantasma

El resurgir turístico de Alemanía 

Una vista panorámica de Alemanía, en los Valles Calchaquíes. Foto: Agencia Noticias Argentinas / Google
Una vista panorámica de Alemanía, en los Valles Calchaquíes. Foto: Agencia Noticias Argentinas / Google

Algunas décadas más tarde Alemanía comenzó a recibir turismo y la vieja de estaciones de trenes fue restaurada, hasta convertirse en un atractivo histórico que actualmente alberga un pequeño restaurante y un café donde los turistas pueden disfrutar de un buen almuerzo en el marco de un paisajes imperdible. 

Este pueblito además cuenta con una feria artesanal donde los artesanos locales venden productos únicos, desde cerámicas hasta tejidos tradicionales. Además, la Cascada de Alemanía, escondida en un entorno rural de belleza inigualable, se ha convertido en una parada obligatoria. Sus aguas caen en un entorno natural que parece salido de un cuento, ofreciendo un espectáculo visual impactante. 

Hoy, Alemanía sigue en pie gracias a 10 familias que decidieron quedarse y darle vida a este lugar cargado de historia. Son ellos los guardianes de un legado que no se dejó vencer por el tiempo ni por la adversidad. Cada casa de adobe, cada calle de tierra y cada piedra de la vieja estación cuentan la historia de un pueblo que supo sobrevivir a la soledad y al olvido.