El pintoresco pueblo de la Patagonia que construyó un mirador para avistar ovnis
Está situado en la Precordillera de Los Andes y tiene menos de 1.500 habitantes.
“Fabio Zerpa tiene razón, hay marcianos entre la gente”, cantaba Andrés Calamaro en los años ´80 y esa frase que quedó impregnada en la cultura popular argentina bien se puede usar para evocar a un pintoresco pueblo de la Patagonia que construyó un mirador para avistar ovnis.
Se trata de Las Ovejas, una pequeña localidad de la provincia de Neuquén que tiene menos de 1.500 habitantes y cuenta con grandes atractivos turísticos porque está rodeada de montañas, ríos y lagunas que ofrecen a los turistas la oportunidad de realizar actividades como ciclismo de montaña, kayak y cabalgatas.
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Este paraje de gran belleza además cuenta con las Lagunas de Epu Lauquen que constituyen una Reserva Natural en la que se destaca un bosque de roble, pellín, antártica y plumillo que se ha logrado desarrollar allí gracias a una corriente de aire húmedo que pasa por el lugar.
Además de estos encantos, Las Ovejas se destaca por estar emplazada en le Precordillera de Los Andes y en ese marco las autoridades del lugar decidieron construir una pasarela de 300 metros de madera para avistar ovnis.
El contexto de esta obra se ancla en que los vecinos de este paraje han descrito en el pasado ver “luces redondas en el cielo con forma de foco” y incluso algunos también aseguraron ver que descendían de las misas sujetos no reconocibles.
Cuando se llega a la pasarela hay un cartel de bienvenida que dice “Turismo Ufológico” e indica que el visitante se encuentra en el Mirador La Puntilla. En la inscripción también se pide que el “señor visitante respete las normas de seguridad” con un extraterrestre dibujado al costado.
Cómo llegar al Mirador la Puntilla en Neuquén
Se puede acceder a él por la Ruta Provincial N°43, a unos seis kilómetros del pueblo de Las Ovejas hacia el noroeste. Ubicado estratégicamente sobre un risco de unos mil metros de altura, cuenta con seis balcones unidos por una pasarela, con un sector inicial acondicionado con rampas y una extensión de 300 metros, es el más extenso de la Patagonia; cada balcón está provisto de carcelería informativa de las vistas naturales y con recomendaciones para hacer el recorrido.