Javier Salas, el padre del menor que manejaba el vehículo en el cual iba Lucas González, aseguró esta mañana que su hijo "está destruido", a la vez que dijo que los Policías de la Ciudad de Buenos Aires "acribillaron a los chicos" y "plantaron un arma de juguete".

"Mi hijo está descansando, destruido y mal por la muerte de su amigo", afirmó Salas, quien contó que la requisa de su auto se hizo "a las siete de la tarde" y que en el lugar donde ocurrió el ataque a los jóvenes los que realizaron la misma "llamaron a testigos diciendo que procedían a sacar el arma del asiento trasero".

"No quiero pensar que hubiera pasado si nosotros no hubiésemos estado ahí", expresó el dueño del rodado al explicar que todo fue una locura y en el procedimiento "plantaron un arma de juguete".

Salas, no ocultó su bronca por el maltrato que sufrieron los tres amigos de Lucas, quienes fueron detenidos y trasladados al Instituto de Menores Inchausti. Allí los padres de los jóvenes estuvieron acompañándolos desde la calle y permanecieron en el lugar hasta que los menores fueron liberados debido a que no habían cometido ningún delito.

El padre de joven relató en diálogo con la prensa que su hijo "como cualquier persona normal aceleró su auto" cuando vio al otro vehículo "con gente que no tenía ni un chaleco o una mínima identificación de que eran policías". También comentó que, según le narró su hijo, los efectivos vestidos de civil "en ningún momento les dijeron que eran policías" y "acribillaron a los chicos sin dar una voz de alto".