Jorge Ríos regresó a su hogar en Quilmes, a espera del juicio en su contra por el homicidio que cometió hace un año en esa misma casa. Si bien recibe custodia policial las 24 horas, asegura que tiene miedo de “una venganza”“Me quiero mudar, pero nadie quiere comprar mi casa”, contó

El jubilado de 71 años está acusado por homicidio agravado por haber asesinado a un ladrón que quiso entrar a su vivienda, la madrugada del 17 de julio del año pasado. Aquella noche, un grupo de cinco hombres ingresaron reiteradas veces en la casa de Ríos en la zona de Quilmes Oeste.

El hombre había sido sorprendido mientras dormía, y fue golpeado e intimidado con un destornillador por los asaltantes, causándole heridas en la mano derecha, el antebrazo derecho y en su cabeza. También, intentaron “desapoderarlo ilegítimamente de cosas de valor existentes en la propiedad”, según describió el juez de Garantías 2 de Quilmes, Martín Nolfi.

Pero antes de poder terminar el operativo de robo, los ladrones se vieron interrumpidos por los disparos que Jorge Ríos realizó con su pistola Bersa Thunder de calibre de 9 milímetros, uno de los cuales cayó en uno de los asaltantes, Martín Moreyra de 26 años, que terminó fallecido por la herida de bala. El resto del grupo huyó en el acto.

El acusado contó que le gustaría vender su casa de Quilmes, que quedó marcada en el barrio por el terrible hecho. “Está es mi casa, a mí me duele irme de acá, pero está en venta”, dijo con dolor. Además, contó que si bien cuenta con custodia policial, él mismo incorporó un sistema de seguridad porque tiene miedo de que le vuelva a pasar algo. “Puse un sistema de cámaras, una alarma que es una barrera, imposible pasar sin ser detectado, en el frente las rejas y protegí con un chapón”, explicó en una nota que publicó el portal Vía País.

También confesó que los recuerdo de aquella noche lo siguen atormentando, y que incluso teme una posible venganza. “El miedo está. Yo no quiero hacerme el fuerte, tengo el miedo común que puede tener cualquiera que tiene que pasar por una situación por la que viví yo” contó. Por último, explicó que, además, lo aterra pensar que estuvo tan cerca de la muerte. “Un mal movimiento y perdía, no estábamos hablando en este momento”, dijo.

Según declara hoy el jubilado, aún no recuerda con exactitud haber tenido la decisión de disparar. “Yo no le disparé en el piso, si apenas podía disparar. Cuando yo pienso lo que hice nunca se me representa el momento de haber disparado”, confesó. Sin embargo, aunque afirma que “Esto fue una tragedia que nos cagó la vida a todos, a más de una familia”, sostiene que no se arrepiente de sus actos y que volvería a hacerlo. “Si tengo que defender mi vida o la de mi familia, lo volvería a hacer. Lo tengo bien claro”, agregó.