Durante los 29 años en los que buscó generar un vínculo con su padre, Diego Armando Maradona, Diego Junior soñó no solo con lograr una estrecha relación con el "Diez" y con sus hermanos, sino que también tenía el deseo de nacionalizarse como argentino. Y a cuatro meses de la muerte del exfutbolista, el joven napolitano de 34 años lo logró. 

El jueves 25, el periodista deportivo y director técnico se presentó en el Consulado General de la Argentina en la ciudad de Roma, en Italia junto a su esposa, Nunzia Pennino, y sus hijos, Diego Matías e India Nicole, y en una ceremonia presidida por el canciller Felipe Solá desde Argentina, a través de una videollamada, finalizó el trámite. 

"Antes que nada quiero felicitarte, Diego, en este día tan especial para vos. Hoy, tal como lo prevén nuestras leyes de Nacionalidad y del Servicio Exterior de la Nación, obtendrás la nacionalidad argentina, la misma de tu padre”, manifestó Solá al inicio del encuentro. Y agregó: “Tu padre, nuestro inolvidable Diego, que tantas alegrías nos trajo a los argentinos defendiendo nuestros colores durante casi 20 años, también fue una figura comprometida con su pueblo y con la suerte de los demás países latinoamericanos. Un referente en la cancha y fuera de la cancha, con la magia del superdotado que nunca juega para sí mismo. Fuera de la cancha, en la Argentina o en Italia, siendo leal a sus orígenes e identificándose siempre con los más débiles”.

Por su parte, Junior señaló que su ciudadanía es un reconocimiento a su padre: "Siempre tuve las ganas y el deseo de confirmar mi ascendencia argentina. Siempre tuve claro ser 50 por ciento napolitano y 50 por ciento argentino. Para mí, es un orgullo y una emoción enorme y sé que, desde el cielo, mi papá va a estar también muy orgulloso, ya que su amor por la Argentina no le entraba en el cuerpo".

Por su parte, la cónsul general, Ana Tito, consideró: "Una vez más Diego nos vuelve a traer alegría. Escuchar el anhelo de su hijo por ser argentino y sus consultas respecto a cómo obtener la nacionalidad también para sus hijitos incrementan nuestro propio orgullo de ser argentinos, tal como lo lograba su padre con la pelota entre los pies o cuando, siguiendo sus convicciones, se rebelaba frente a lo que consideraba injusto".

Agregó que en Nápoles se sostiene "como un mantra que Diego fue un napolitano nacido en Argentina y próximamente nosotros, los argentinos, podremos concluir esa afirmación –indiscutible porque nace del afecto- diciendo ‘todos los Maradona nacidos en Nápoles también son argentinos’".