La sociedad argentina es reconocida en el mundo por la conquista en Derechos Humanos y en la ampliación de derechos en la agenda de Género, sin embargo, no está exenta a un tipo de discriminación masiva que suele pasar desapercibida: el edadismo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)el edadismo es una de las tres formas más extendidas de discriminación en la sociedad junto al racismo y el sexismo: Se trata de la discriminación en relación a la edad en cualquier franja etaria. En este sentido, un estudio reveló que 1 de cada 2 personas tiene actitudes edadistas y que los adultos mayores son quienes más la padecen.

La definición: El edadismo aparece cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas por atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia, y menoscaban la solidaridad intergeneracional, de acuerdo a lo que indica la OMS.

Entre los ejemplos más visibles, se puede pensar en una persona joven sintiéndose insegura a la hora de postularse en un trabajo por los prejuicios y creencias discriminatorias que podrían existir antes de evaluarla por el solo hecho de ser joven. En el caso de los adultos mayores, que es la franja etaria que padece en mayor medida este tipo de discriminación, es muy común que deban enfrentarse a prejuicios sobre su capacidad en términos amplios, lo que los conduce a sentirse excluidos en diversos ámbitos de la sociedad.

Según explica a NA la psicóloga con perspectiva de Género Vanesa Elías, “en la cultura que habitamos, la franja etaria que se identifica como ‘la juventud’ es la que menor discriminación sufre. En cambio, la franja etaria de la Tercera edad es la que más suele padecer este tipo de discriminación y esto es preocupante ya que, históricamente, los adulos mayores ocupaban un lugar de sabiduría, eran las personas a quienes se acudía a pedir consejo, incluso se las respetaba hasta por ley divina, pero con el paso del tiempo fue cambiando y ahora, nuestra sociedad las ubica en un lugar mayormente de ‘descarte’ o ‘resto’ social. Creo que son la expresión de la decadencia de contenido cultural que estamos viviendo”.

Fobia a envejecer

Por otro parte, Elías asegura que la discriminación siempre tiene un miedo de base. En este caso, la vejez se establece como la gran amenazante. “No es casual que ocurra en una sociedad como la nuestra con fobia a la vejez”, desliza. Por eso, observar que es a través de los distintos mecanismos culturales que se nos ofrece –y exige- de manera sistemática una gran multiplicidad de opciones para permanecer “jóvenes” a través de tratamientos estéticos y otras múltiples propuestas relacionadas con la perdurabilidad de la apariencia de la juventud.

Un informe del 2021 de las Naciones Unidas sobre el edadismo, calcula que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas, lo que empobrece la salud física y mental de las personas mayores, además de reducir su calidad de vida, y cuesta cada año miles de millones de dólares a la sociedad. 

En el informe que la OMS publicó junto a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH), el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), se pide actuar con urgencia para luchar contra el edadismo y realizar evaluaciones e informes sobre este problema con miras a revelarlo como lo que es: una sigilosa pero devastadora desgracia para la sociedad.  

El edadismo, la tercera forma de discriminación en el mundo después del racismo y el sexismo

Los principales signos de discriminación a los adultos mayores

En general, los rasgos de discriminación en las personas de la tercera edad aparecen cuando en todas aquellas acciones o actitudes en las que se las hace sentir destituidas, aisladas, que no hay un interés en escucharlas o que molestan en cualquier ámbito. En esta línea, también se discrimina cuando se las “deja afuera” de las actividades colectivas, incluso de muchas actividades familiares.

“Cada vez hay menos espacios que las aloja, especialmente sucede en aquellas personas de esta franja etaria que su apariencia es acorde a la edad real que tiene”, explica la experta consultada.

En este sentido, Elías considera que “el Estado tiene la gran responsabilidad de formar y educar a través de los medios de comunicación y las instituciones educativas para poder revertir esta fobia a envejecer, y en cambio, aprendamos a integrar y valorar los aportes y las características que cada edad nos brinda y enriquece”.

¿Cómo evitar seguir discriminando por edadismo?  Elías apunta directa al lugar más incómodo y totalmente necesario: “Hay que crear conciencia social sobre la vejez ya que es un lugar inevitable hacia dónde vamos a ir todas las personas más allá de la imagen que nos refleja el espejo. Sino llenamos de sentido a lo que entendemos por vejez en la actualidad, lo único que logramos es garantizar un vacío existencial cada vez mayor y más amenazante, en especial porque la franja etaria que nuestra sociedad entiende como ’de vida útil’, en la que tenemos más capacidad para ocupar ciertos lugares de poder y poder desarrollarnos en el sistema laboral, es cada vez menor”.

Ranquin de discriminación por franja etaria

La franja etaria que más discriminación padece por edad es la que abarca la tercera edad, luego viene la infancia y enseguida la adolescencia, según considera Elías. Lo detallamos:

1- Adultos mayores: Son las personas que más sufren la fobia a la vejez y, de manera especial, las mujeres de esta franja etaria. Las mujeres mayores suelen sufrir discriminación por razón de edad y por su género: Por el estereotipo de belleza y las múltiples exigencias sociales que se les impone a las mujeres en relación a su imagen, el destrato y la sensación de ‘descarte social’ es todavía mayor cuando se trata de ellas.

2- La infancia. Como dice Elías, estamos en una cultura adulto centrista para la cual la infancia, en gran medida es una molestia. “No hay infraestructura social que aloje a la infancia y que permita a las madres (ya que son quienes se ocupan de la crianza casi siempre de manera unilateral) contar con un contexto de garantías y contención para poder continuar con las actividades de la vida cotidiana de igual manera que las actividades que involucran a la crianza”.

3- La adolescencia. El accionar de los y las adolescentes también suelen molestar a una gran porción del mundo adulto. “Perciben múltiples discriminaciones y les pasa algo muy similar a lo que ocurre en la tercera edad en relación a la destitución de saberes y conocimientos. Sin embargo, en la adolescencia no padecen la discriminación estética al mismo nivel que sí la perciben los adultos mayores, y tampoco son considerados un resto social”.

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Algunas consideraciones de la OMS

  1. Según los datos obtenidos en una encuesta realizada a 83 034 personas en 57 países, una de cada dos personas tiene actitudes moderada o altamente edadistas (es decir, estereotipos y prejuicios). Puede encontrarse más información al respecto en https://www.mdpi.com/1660-4601/17/9/3159
  2. Un punto en debate: El exceso de costos en la atención médica. En este sentido, el edadismo influye en la salud a través de tres vías, la psicológica, la conductual y la fisiológica.
  3. En términos psicológicos, los estereotipos negativos sobre la edad pueden aumentar el estrés: Desde un punto de vista conductual, la imagen desfavorable que tienen las personas de sí mismas por motivos de edad suele predecir unos peores comportamientos en cuanto al cuidado de su salud, por ejemplo a la hora de observar las pautas de los medicamentos prescritos; fisiológicamente, los estereotipos negativos sobre la edad suelen indicar cambios cerebrales perjudiciales décadas más tarde, por ejemplo acumulación de placas y ovillos y reducción del tamaño del hipocampo.