El “DCV” (el día después del coronavirus)
Como impacta en las neuronas, sus efectos residuales y contraindicaciones.
Por Alexis Chaves (*)
Recientes conclusiones empíricas realizadas por el autor, llevan a preocupantes reflexiones “post pandemia”, que podrían afectar seriamente la manera de sentir y de pensar el ejercicio de nuestras facultades mentales a la hora de enfrentar la realidad cotidiana.
Analicemos entonces en profundidad el “DCV” (día después del coronavirus).
Un letrista rioplatense de la Banda Oriental llamado Horacio Basterra (Sanguinetti) - Montevideo, Uruguay, una vez escribió un triste tango que otrora señalaba las penurias de la vuelta al viejo amor, y entre otras cosas, rezaba:
“He llegado hasta tu casa…
¡Yo no sé cómo he podido!
Si me han dicho que no estas…
Que ya nunca volverás…
¡Si me han dicho que te has ido!”
¿Cómo cree usted – estimado lector – que podremos separar y distanciar a partir de ahora.
Poetas de la voz como Julio Sosa, Goyeneche, Baglietto e incluso Caetano Veloso, han puesto sus sentires a ésta triste, pero real historia.
Y que no nos es ajena para nada… Dicho lo cual, y en lenguaje 2020/21 bien argento, ¿qué quedará después de la peste que estamos viviendo?
¿Acaso nos preguntamos cómo serán nuestras rutinas, nuestras relaciones laborales y el día DCV?
Poniendo algo de humor - pese a que el contexto no lo amerita… esos abrazos y besos secos a lo macho tanguero en el Taller o en la Fabrica?
¿Y ahora como son los lunes en la oficina?
No estamparle más los microbios en la mejilla al jefe o a la compañera de al lado antes de compartir el primer café o el matecito.
El DCV se nos plantea hoy como un gran desafío diario.
Y nos preguntamos si lo tomará a mal, si pensará que nunca quise saludarla, creerá que no lo vi, le pasará algo, es un maleducado, se peleó con Marta…en fin, son esos segundos de costumbres que teníamos y ya no pueden ser como antes).
Sabemos que no es lo mismo hoy y no será lo mismo mañana ni pasado.
Pero tenemos el “As en la manga”, siempre hay uno, ahora está de moda decirle RESILIENCIA (porque si hay algo que nos gusta es eso de ponernos a la vanguardia del vocabulario para no pasar por demodé - fuera de moda…por las dudas le aclaro) y entendemos que ésta es la que nos recuerda que SOMOS MAS GRANDES QUE NUESTRAS CIRCUNSTANCIAS, porque somos argentinos y la historia nos deja claro que puede ocurrir cualquier cosa, pero nada nos doblega, ya que la vida…la vida no es esperar a que pase la tormenta, es en definitiva aprender a bailar bajo la lluvia (proverbio sabio).
Lo que sí está claro es que de nosotros va a dependerá mantener las nuevas normas de higiene, aunque sea para preservar a nuestros viejos y a los chicos.
¿Y el estornudo?
¿El bostezo, aquella tos seca de perro en el colectivo o en el tren?
Ni que hablar en el subte…
Pues bien, ahora hay que aprender a convivir, a respetarnos, a pensar que los 50 rollos de papel higiénico que acopiamos, solo sirvieron para comprar más que la vecina.
¿Qué hacer con litros y litros de lavandina y alcohol en gel que tenemos en la alacena?
Seamos responsables y usemos todo esto con CONCIENCIA, esa que, a la hora de apoyar la cabecita en la almohada, a tantos les pesará si la salud está en juego
Señoras y señores, familia toda, estamos en plena pandemia, esto no termina acá con la vacuna milagrosa, o sea que a modo de reflexión les puedo apenas sugerir que nosotros los argentinos y las argentinas, estamos inmersos en nuestras propias pandemias mentales y reconocernos como tales, posiblemente haga que podamos ser un poquito más solidarios todos los días.
Somos argentinos, también lo sabemos, todo nos cuesta el doble, las costumbres tiran, el barrio duele, el que me importa pesa, pero vayamos ganando tiempo, porque ya no es igual el DCV.
(*) Politólogo - Analista Político.