Leandro Suárez, el joven de 29 años detenido por el crimen del kiosquero Roberto Sabo, podría recibir en un eventual juicio oral una pena de prisión perpetua, mientras que sobre la adolescente de 15 años que actuó en complicidad se dictó una "medida de seguridad", por lo que fue remitida a un instituto de menores.

Así lo indicó la fiscal general de La Matanza, Patricia Ochoa, quien indicó que Suárez está imputado por "robo agravado por el uso de armas y la utilización de una menor" y un homicidio también "agravado por criminis causa y la utilización de armas de guerra".

"Por los elementos que tenemos esta persona no tendría que salir", expresó la fiscal, a la vez que indicó que la medida que le correspondería es una prisión perpetua, la máxima pena contemplada por el sistema legal argentino.

Ochoa precisó, en declaraciones al canal TN, que Suárez admitió durante su declaración delante del fiscal Federico Medone que había cumplido una pena de cinco años y diez meses de prisión, la cual cumplió el año pasado por delitos de "hurto con escalamiento en grado de tentativa" y un "robo agravado por el uso de armas".

Además, sostuvo que en el crimen de Sabo habría utilizado dos armas de fuego: una pistola semiautomática 7.65 con numeración limada y un revólver calibre 22.

Por otro lado, Ochoa indicó que Sabo y la menor también están imputados por el robo del auto del remisero que los llevó al lugar, un Ford Focus que después estrellaron contra un árbol, y la moto perteneciente a una repartidor delivery.

La fiscal aclaró que la adolescente detenida "no es punible", pero por ella el fiscal de Menores Pablo Insúa, en base a la gravedad de los delitos, pidió una "medida de seguridad" que fue otorgada por la Justicia de Garantías.

"Estimamos que la medida de seguridad será prorrogada por lo que no creemos que vuelva a su casa en las próximas semanas. Actualmente está en un centro de menores de San Martín, con personas en situación similar", expresó.