Dos detenidos por el crimen de un hombre a la salida de un albergue transitorio en Ezpeleta
El hecho se produjo el pasado 30 de agosto, en el cruce de la avenida Calchaquí y la calle Bolivia, frente al hotel alojamiento El Ruca.
Un hombre y una mujer fueron detenidos en las últimas horas por el crimen de un narco a la salida de un albergue transitorio, en la localidad bonaerense de Ezpeleta.
La sospechosa apresada es la mujer que ingresó con la víctima al hotel de alojamiento y al salir escapó cuando esa persona fue acribillada a balazos por el segundo apresado.
Tanto el fallecido, como el homicida y la "entregadora" son de nacionalidad peruana y las fuentes judiciales estiman que se trató de un ajuste de cuentas perpetrado por una banda narco.
El crimen se produjo el pasado 30 de agosto, en el cruce de la avenida Calchaquí y la calle Bolivia, de la localidad de Ezpeleta, frente al hotel alojamiento El Ruca.
La víctima, identificada como Josué Quispe Álbarez, de nacionalidad peruana y de 40 años, recibió siete disparos cuando había salido caminando del establecimiento junto a una mujer.
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El crimen quedó sospechado de un ajuste narco por su modalidad: le dispararon por la espalda y a la víctima -tenía antecedentes penales por venta de drogas- no le robaron nada, cuando llevaba $60 mil.
El caso es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) número 7 de Quilmes, a cargo de Ximena Santoro, quien en las últimas horas ordenó tres allanamientos de urgencia para dar con los sospechosos del crimen.
La DDI de Quilmes realizó los procedimientos y detuvo al presunto homicida, identificado como Alexander Cardenas Acuña, de 27 años, y a la supuesta autora intelectual del feroz crimen y "entregadora", Camila Isabel Satravater, peruana, de 20 años, quien sería la chica con la que Quispe Álbarez salió del hotel alojamiento el día del hecho.
En los allanamientos efectuados, los uniformados incautaron 38 gramos de cocaína, distribuidos en 30 envoltorios listos para su venta, una balanza de precisión, $137.870, siete teléfonos celulares, una agenda con anotaciones, ropa de interés para la causa.
De esta manera, ambos quedaron en la mira de la fiscal Santoro como los principales sospechosos del crimen con sello narco.
Asimismo, se cree que más personas participaron del ataque y al menos hay dos que permanecían prófugas.
Las detenciones se efectuaron luego del análisis de las cámaras de seguridad y de las antenas que captaron la señal de los teléfonos celulares.
La banda narco tenía base en el barrio porteño de Abasto y se tiene acreditado que cometieron varios asesinatos en Perú bajo la modalidad sicaria.
Según relataron testigos, la víctima y su acompañante se retiraron del lugar caminando y cuando llegaron a la esquina, a unos pocos metros de la puerta de ingreso al albergue transitorio, se produjo la balacera.
Los agentes del Comando de Patrullas que llegaron al lugar fueron los que llamaron a una ambulancia del SAME de Quilmes, que constató que la víctima estaba fallecida.
Los resultados preliminares de la autopsia habían revelado que Quispe Álbarez recibió un disparo en la espalda, cinco en la cabeza desde atrás y un séptimo en el pecho, que le efectuaron de frente.
Los disparos totales fueron más, ya que en la escena del crimen, la Policía Científica recolectó 13 vainas servidas calibre 9 milímetros.
La primera pista que encausó la investigación hacia un ajuste narco fue cuando los policías que llegar a la escena observaron que la víctima conservaba dinero entre sus pertenencias: tenía $60 mil en los bolsillos del pantalón.
Además, llevaba puesto un reloj, pulseras y una cadena que pudieron haber sido considerados como objetos de valor por los delincuentes de haberse tratado de un asalto.