Rubén Darío Millatureo Vargas, más conocido como "el chacal de Queilén, es un asesino serial chileno que mató a hachazos a tres personas, entre ellas su padre, todas dentro de su casa, y que se salvó de la pena de muerte al ser deshecho en 2001.

Nacido el 3 de mayo de 1962 en Queilén, este trabajador pesquero comenzó su ola de crímenes el 24 de septiembre de 1997,
cuando tras discutir con su progenitor Isidro Millatureo Ruíz, de 73 años, lo mató de un hachazo en la espalda.

En su defensa, el homicida alegó que este hombre supuestamente fue abusivo en contra de él y de su madre, quien hacía poco tiempo había fallecido.

Luego de matar a su padre, Millatureo Vargas escondió el cuerpo en el patio de la casa y lo cubrió con trapos sucios y bolsas de ajo.

Posteriormente, cuando las personas preguntaban por la víctima, el asesino les decía que se había mudado Punta Arenas tras una oportunidad de trabajo y que se mantenía en contacto con él.

De todas maneras, los habitantes de la zona sospechaban que podría haber sido un homicidio lo ocurrido allí.

El 13 de diciembre de ese mismo año, mató de manera similar -un hachazo en la espalda- a Claudio Eduardo Reyes Sandoval, de 36 años, y ocultó el cadáver de la misma forma en que lo hizo con su padre.

Este vendedor de Temuco había llegado hasta la vivienda del múltiple homicida para cobrarle una deuda de 6 mil pesos por unos cuadros que les había vendido.

El 5 de marzo de 1998, Millatureo Vargas invitó a María Gabriela Formantel Macías, de 26 años, a su vivienda. La joven era una amiga que conocía desde chico y trabajaba en una pesquera local junto al criminal.

Allí, el sujeto le hizo proposiciones amorosas, pero la mujer las rechazó, lo que generó la furia del dueño de casa, quien la golpeó con un hacha, la mató y le enterró un desatornillador en el pecho.

El cuerpo de Formantel Macías quedó sobre la cama y el asesino se fue, pero a la tarde volvió y cometió actos de necrofilia, además de dormir con el cadáver.

La víctima era secretaria de la empresa y había traído un millón y medio de pesos, correspondiente a los sueldos semanales de los trabajadores de la firma. Fue así que el asesino tomó este dinero y decidió usarlo para pagar varias deudas y tomar alcohol.​

La madre y un hermano de Formantel Macías llegaron a la casa de Millatureo Vargas para preguntarle por la mujer, ya que al ser amigos de toda la vida podría saber si la había visto en los últimos días.

Al ver que el no se encontraba en su residencia, miraron por una ventana, por donde alcanzaron a ver una ventana cubierta por sabanas, por lo cual decidieron entrar y encontrando allí el cuerpo de la víctima.

Al lugar llegaron los carabineros y los bomberos, quienes entraron para investigar otras posibles personas asesinadas.

Tras sacar el cuerpo de la última víctima, Millatureo Vargas llegó al lugar y al ver la situación intentó escapar, pero tras media hora de persecución un bombero lo atrapó en el bosque chilote mediante un tackle.

Enseguida arribó un hombre, que sería el hermano de la mujer asesinada, y empezó a golpear en forma reiterada a Millatureo Vargas.

El asesino fue llevado a la cárcel de Castro, donde confesó los tres crímenes, pero dijo algo que indignó a todos: "Para qué hacen tanto escándalo, si ya están muertos".

En los alrededores de Queilén se rumoreaba que había otras tres víctimas del "Chacal", pero todo quedó en rumores.

El juez Francisco del Campo Toledo sentenció a este sujeto a pena de muerte, pero la Corte de Apelaciones de Puerto Montt rebajó la pena a prisión perpetua simple, que tiene beneficios de libertad condicional tras 20 años. Ese fallo fue confirmado por la Corte Suprema cuando se prohibió la pena de muerte en 2001. Al parecer, durante su tiempo en la cárcel, jamás recibió una visita personal y nunca pidió algún tipo de beneficio.​

Luego de 20 años en prisión, obtuvo le libertad condicional el 2 de mayo de 2018, lo que generó indignación y reclamos entre lo familiares de sus víctimas. En la actualidad, Millatureo Vargas vive en la Región de Los Lagos.