Pablo Damián Grottini podría convertirse en un nuevo asesino serial de la Argentina en caso de ser hallado responsable por los crímenes de su hermano, su hija y su mamá en el juicio que se llevará a cabo dentro de un tiempo por el presunto triple homicidio que tiene en vilo a San Nicolás.

El juez de Garantías Román Parodi decidió aceptar el pedido de la fiscalía para sentar en el banquillo de los acusados a Grottini, de 42 años, acusado de ser el presunto responsable de las muertes de su hermano Germán, de 32 años, en 2019, su hija Luz Ailén de 10, en 2021 y su madre Teresita Di Martino, de 61, en 2022.

El acusado deberá optar entre un juicio tradicional o uno con participación de un jurado popular para ver si se convierte en un nuevo asesino serial del país.

La titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) número 12 de San Nicolás, María Belén Baños, sostuvo que el sospechoso había buscado en Internet información sobre el resultado de inyectar aire en las venas de una persona.

Eso quedó expuesto en un análisis preliminar de su computadora y la pericia médica no descarta que la muerte de Di Martino haya sido provocada por una inyección de aire.

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Asimismo, Baños remarcó que el acusado tuvo "un proceder artero, taimado y cobarde" y que concretó "un proyecto homicida y serial". Con este argumento, la fiscal pidió al juez de Garantías de San Nicolás Parodi que juzgue a Grottini por los delitos de "homicidio calificado por el vínculo, por la alevosía y por el medio empleado (respecto de Ailén Grottini y Teresita Di Martino)", y "homicidio calificado por la alevosía y por el medio empleado (respecto de Germán Grottini)".

"Se podría pensar -o haberse pensado antes del inicio de la investigación- que Pablo Damián Grottini es simplemente una persona signada por la tragedia al verse castigado por la muerte de sus tres familiares más cercanos", indicó la titular de la UFI 12 de San Nicolás, pero basada en las pruebas reunidas por Baños para lograr la prisión preventiva del imputado, precisó que este fue "el resultado de un plan homicida ideado, desarrollado y finalizado con su detención".

El acusado fue detenido en febrero de 2022 cuando una delegación policial se dirigió hasta su vivienda, ubicada en la localidad bonaerense de Villa General Savio para llevárselo apresado, lo que generó una conmoción general entre los vecinos del barrio Naya.

Desde su celda, Grottini apuntó contra la fiscal y desmintió las palabras de ciertos testigos, al tiempo que intentó explicar que el historial de búsquedas en Internet de información sobre el resultado de inyectar aire en las venas de una persona y de "cuánto después de introducir aire se produce el infarto" las hizo con la intención suicidarse y no como parte de un plan criminal.

Las tres muertes dudosas.

En junio de 2021, El acusado y su madre llevaron a Luz Ailén al hospital por un "fuerte dolor en el pecho" de la nena. Los médicos realizaron estudios y no detectaron ninguna enfermedad, pero igual dejaron a la menor en observación con suero al cuidado alternado de su padre y de su abuela.

En un momento determinado, Grottini llamó a los enfermeros y pidió que cambiaran el suero porque "estaba pinchado", pero los médicos dijeron que no importaba porque en breve iba a ser dada de alta, ya que la chica estaba bien. Sin embargo, minutos después, volvió llamar a los enfermeros, porque la menor no estaba bien, no sabía qué le pasaba.

Los médicos constataron que estaba pálida, débil y mareada, "en un estado totalmente diferente al que la habían visto anteriormente", según precisó una especialista que declaró en la causa.

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La estabilizaron rápidamente, pero fue trasladada a terapia intensiva y al otro día falleció de manera repentina por un paro cardíaco justo cuando estaba al cuidado de su padre en ese lugar. Por este hecho, Grottini no fue investigado en un primer momento.

El 23 de abril de 2022, la madre del acusado ingresó a un centro médico acompañada por su hijo con mareos y una profunda angustia, a raíz de las muertes de su hijo Germán y la de nieta, que habían ocurrido tiempo atrás.

Nuevamente, los médicos le realizaron los estudios correspondientes para controlar que todo estuviera bien y no había nada en particular, pero al igual que con la nena la dejaron en observación y le colocaron suero para su hidratación.

La mujer quedó sola en una sala junto a su hijo por unas horas y este sujeto repitió el mismo accionar que con su nena: llamó a los enfermeros porque el suero "perdía".

Cuando una de las enfermeras se acercó, observó que la ropa de Grottini estaba mojada y eso le llamó la atención, pero de igual modo cambió el suero por uno nuevo. Una hora y media después, el hombre volvió a llamar a los médicos y dijo que su madre se había quedado dormida, de la nada.

Nada podía hacer prever que Di Martino podía desvanecerse, pero los especialistas finalmente constataron que ya había fallecido y la trasladaron al shockroom para realizarle maniobras de reanimación que no tuvieron éxito.

Ya con la muerte de la mujer, los médicos ordenaron el box donde estaba ella y vieron que el nuevo suero que le había colocado la enfermera también se encontraba pinchado.

Y luego, hallaron una ampolla abierta de un fuerte medicamento: diazepam, que no había sido prescripto para ningún paciente ese día y además no se correspondía con la marca que utiliza el hospital.

Asimismo, tampoco tenía el rótulo con el nombre de ningún paciente, lo que por protocolo ocurre cuando suministran ese tipo de droga, según indicaron en la investigación.

Ante esta situación, los médicos dieron aviso a la Policía y la Justicia, mientras Grottini se había puesto nervioso.
Personal de la DDI de San Nicolás de la fuerza bonaerense arribó al centro asistencial y le secuestró su teléfono celular.

La fiscal inició una investigación contra el hombre, ya que sospecha que la drogó para asesinarla: lo arrestó y ordenó un allanamiento en su domicilio.

Con estas dos muertes similares en cuanto al  accionar y las sospechas, Baños también sospechó de la muerte de un hermano del acusado, ocurrida en julio de 2019.

En aquella oportunidad, el apresado ingresó a la Guardia del hospital junto a su hermano, Germán por características similares a las ocurridas con Di Martino y Luz Ailén: sentía mareos, náuseas y se quedaba dormido, como si estuviera drogado. El hombre quedó en observación en una habitación al cuidado de su hermano y de su madre.

Pero en un momento determinado, la mujer salió al kiosco y avisó al personal médico, por lo que el acusado quedó al cuidado de su hermano. Ella al regresar corroboró que su hijo no reaccionaba y constató de inmediato que había muerto.