Dentro de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), a la que le dicen la NASA argentina, no paran de participar en cuentas regresivas, y en esta última semana de mayo que viene, toca formularlas en oportunidad del festejo de su 30 cumpleaños.

Así lo recuerda en su cuenta de Twitter la propia entidad que centraliza y ejecuta la política global espacial de nuestro país para el uso pacífico del espacio.  

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Hace apenas unos días, en una de las dos estaciones de espacio profundo que se encuentra en Bajada del Agrio, Neuquén, los científicos y profesionales que monitorean la sonda enviada por China a Marte celebraban, casi coincidentemente con el cumpleaños, la llegada de las primeras imágenes de la superficie marciana.

Constituye éste un nuevo hito alcanzado en la exploración del espacio, a la Luna y Marte, de la cual Argentina forma parte de los avances en la exploración ultraterrestre, mediante iniciativas de cooperación internacional concretadas por la CONAE, y la participación a través de convenios de cooperación internacionales y de la Estación de Espacio Profundo CLTC-CONAE-Neuquén 

Desde tres Estaciones de Espacio Profundo en total, 2 en Bandera de China y 1 en Bandera de Argentina, se monitorean y comandan las misiones, en comunicación permanente con la nave espacial, durante su travesía de 475 millones de km desde la Tierra hasta Marte. También dan soporte en acciones críticas como el amartizaje.

"Todo, apoyado en las capacidades profesionales formadas a lo largo de estos 30 años, y una industria espacial nacional que se consolidó con cada proyecto realizado para la CONAE", tuiteó la entidad.

El año pasado, al soplar las velitas para esta fecha, uno de los deseos más fervientes en la agencia había sido que se coronara con éxito la puesta en órbita del satélite argentino de observación SAOCOM 1A, construido en el INVAP (Investigación Aplicada), en el que trabajaban incansablemente para que pudiera ser lanzado, casi tres meses después, desde Cabo Cañaveral, en Estados Unidos.

El 30 de agosto del año pasado quedó registrado como la fecha en que Argentina completó la misión espacial más importante del país con el lanzamiento del satélite #SAOCOM1B, y su orbitación en el espacio.

Otro motivo de orgullo para el elenco científico ha sido el desarrollo de paneles solares por parte de INVAP y CNEA, en Bariloche, y la estructura de la antena radar de los satélites de observación.

Creada el 28 de mayo de 1991 con el objetivo de centralizar y ejecutar la política global espacial argentina para el uso pacífico del espacio, desde 1994 la CONAE lleva adelante el Plan Espacial Nacional, aprobado en 1994, en el que por primera vez la Argentina definió objetivos para realizar un programa de desarrollo de satélites de observación de la Tierra y de infraestructura asociada

En ese contexto se llevan desarrollados, construidos y lanzados 6 satélites argentinos: 4 de la serie SAC (Satélites de Aplicaciones Científicas) y 2 de la serie SAOCOM (Satélites Argentinos de Observación de la Tierra con radar de Microondas). Y actualmente se trabaja en futuras misiones como SABIA-Mar.

La infraestructura está conformada por centros espaciales, laboratorios, red de estaciones terrenas en Córdoba y Ushuaia; e institutos y programas de formación de recursos humanos especializados.

Al mismo tiempo, mediante acuerdos de cooperación internacional fue sumada tecnología para la investigación del espacio exterior, con las estaciones de exploración de espacio profundo en Mendoza y Neuquén.

Todas estas actividades se apoyan en la labor técnica que se realiza desde el Centro de Control de Misión y Salas de Soporte de CONAE, repartido entre tres centros espaciales, la estación terrena más austral del cono sur y las dos estaciones de espacio profundo

Son ellos:

  • El Centro Espacial Teófilo Tabanera (CETT), ubicado en la provincia de Córdoba, en la localidad de Falda de Cañete.
  • El Centro Espacial Punta Indio (CEPI) ubicado en la provincia de Buenos Aires, en el partido de Punta Indio.
  • El Centro Espacial Manuel Belgrano (CEMB), ubicado en la provincia de Buenos Aires, dentro del Área Naval de Puerto Belgrano.
  • La Estación Terrena Tierra del Fuego, ubicada en la cercanía de la localidad de Tolhuin en la provincia de Tierra del Fuego.
  • La Estación Deep Space 3 – Malargüe, en la provincia de Mendoza, a través de un acuerdo entre la Argentina y la Agencia Espacial Europea ESA.
  • La Estación de espacio profundo CLTC-CONAE-NEUQUEN, en Bajada del Agrio, provincia del Neuquén, por acuerdo entre China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) y la CONAE.

En el mensaje de apertura del 139°período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, el presidente Alberto Fernández lo mencionó entre los objetivos de desarrollo científico tecnológico nacional. 

La trayectoria de CONAE está íntimamente vinculada al ingeniero en física nuclear que la gestó, Conrado Varotto, quien proveniente del Instituto Balseiro, se desempeñó en la Comisión Nacional de Energía Atómica y fundó posteriormente el INVAP rionegrino, el paso previo a la apertura de la agencia espacial.

Como antecedente en el país existía la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) donde se hicieron las primeras experiencias científicas de estudios atmosféricos, con el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE).

Fueron precursores de la CONAE Mario Gulich y Jorge Sahade. El primero, físico del IAFE, colaboró en los primeros pasos, y aportó su experiencia con globos estratosféricos y cohetes, lo que sentó las bases de desarrollo del SAC-B, primero de la serie de Satélites de Aplicaciones Científicas (SAC) de la CONAE.

Sahade es un astrónomo destacado internacionalmente que condujo la CONAE como presidente en sus primeros años de vida. Formó la planta inicial con profesionales de CNIE y del IAFE, que ya participaban del desarrollo de proyectos satelitales.

El primer satélite de observación de la Tierra desarrollado y fabricado por CONAE, empresas y organismos nacionales, se había puesto en órbita el 21 de noviembre del 2000 y estuvo activo 13 años. 

Pero fue el 4 de noviembre, al cumplirse 24 años del lanzamiento del SAC-B, primer satélite científico argentino, diseñado y construido en el país como una misión para observaciones astronómicas y astrofísicas, en que quedó demostrada la capacidad de Argentina para construir y operar una plataforma satelital.

Los satélites aportan información única para seguimiento y exploración del recurso minero, planificación y monitoreo ambiental.

El argentino de observación describió desde los flujos piroclásticos posteriores a la erupción volcánica hasta el salar de Olaroz, Jujuy, y los caminos e infraestructura para extracción de litio y potasio. 

También el instrumento radar a bordo permite observar estructuras y contenido de humedad en el suelo y la vegetación entre otra información útil para la clasificación de bosques, la detección de deforestación y la estimación de biomasa.

De ese modo, pudo describir en detalle la evolución de los incendios forestales en Córdoba y El Bolsón, y uno de los mayores desprendimientos de hielo de la Antártica.

Así, Argentina pudo ampliar la exportación de información satelital a través de la alianza comercial entre las firmas Veng (capital mayoritario de CONAE) y la italiana e-GEOS, con el propósito de distribuir en el mundo los datos adquiridos fuera de Europa por los satélites SAOCOM/SIASGE.