Es lógico que se esté apagando la segunda ola a estas alturas: primero por la cantidad de gente que ya esta vacunada y en segundo lugar, por un proceso natural de la segunda ola.

Esto hace por lo menos cuatro meses que lo vengo sosteniendo, agosto tenía que ser el mes en el que se haya apagado esta segunda ola. Hubiese sido mucho mejor si se hubieran corrido las vacaciones de invierno para estos últimos 15 días de agosto, ahí el tiempo de agotamiento de la segunda ola podría haber sido entre 15 a 20 días atrás.

Ahora que hay mayor apertura y una sensación de que se está yendo la pandemia hay que tener más cuidado. ¿Por qué?, porque tenemos que tratar que no regrese y es por eso que el uso del barbijo todo el tiempo sigue siendo de capital importancia.

Se pueden hacer muchas actividades, pero con protocolo y, sobre todo, con barbijo. Incluso cuando alguien se infecta, el uso del barbijo dentro del hogar cada vez que contactan entre sí es fundamental para que no haya transmisión interna.

Ya tenemos circulación comunitaria de Delta en Córdoba y en la Capital Federal muy espaciada. Es difícil saber por qué tres meses después de haber tenido el primer caso, no se haya generado una epidemia significativa, pero es probablemente una cuestión de tiempo. Mi teoría es que hay una competencia ecológica entre el virus de Manaos y el Andino, dejándole poco espacio a Delta, aunque cuando esté bajando la segunda ola, hay una gran posibilidad de que Delta se exprese. De ser así, en un lapso entre tres a seis semanas deberíamos tener una ola con la variante Delta.

El volumen de la ola que pueda generar Delta depende mucho de las medidas que se tomen para controlar este momento con la gente que viene de afuera y sobre todo el comportamiento comunitario para tratar de detener a la variante, sumado a la cantidad de vacunas que se estén dando. El escenario ideal es que tarde mucho y mientras tanto sigamos vacunando a ritmo elevado.

Es importante aclarar que es muy difícil de controlar solamente con restricciones una ola de Delta por la alta transmisibilidad que tiene. El verdadero tapón para esta variante es tener una población con altos índices de vacunación, teniendo al menos 60% de la gente con dos dosis, pero acelerando para llegar al 80% con ambas vacunas.

Por último, creo que Delta puede ser la variante que abra paso al virus endémico, por lo tanto la posibilidad de que nos vacunemos todos los años lo veo mucho más probable hoy que un año atrás.

(* - Luis Camera es médico infectólogo y asesor presidencial en material de lucha contra la pandemia de coronavirus).