Cada 4 de enero se conmemora el Día Mundial del Sistema Braille por el nacimiento de su creador, Louis Braille. 

El propósito es visibilizar y generar conciencia sobre su importancia.

 El sistema permite que, a través del tacto, las personas ciegas o con discapacidad visual puedan leer y escribir. 

Consta de 6 puntos en relieve que, mediante distintas combinaciones, forman letras, símbolos o abreviaturas. 

El diámetro de cada caracter siempre mantiene un mismo tamaño, para que la huella de los dedos pueda tantearlo por completo.

Lucía Torres es integrante de la comisión directiva de la BAC (Biblioteca Argentina para Ciegos), estudia Comunicación Social, tiene 39 años y utiliza el sistema desde que tiene uso de memoria: “Fue la primera y única forma de alfabetizarme que conocí. Creo que debería ser así para todas las niñas y niños con discapacidad visual porque es la mejor manera de alfabetizar a esa población”, dice.

Menú de un restaurant en Braille

Como en cualquier individuo, la lectura cumple un rol fundamental. “Lo uso para etiquetar alimentos y medicamentos, aunque esto debería estar rotulado y ser accesible”, explicó Lucía a Noticias Argentinas

La tecnología avanza y pareciera complementar una accesibilidad que no se encuentra de otra manera. 

Un claro ejemplo son los programas que permiten escanear envases que no son aptos para personas con ceguera.

Tal como remarcó Lucía, “el Braille no es un idioma, sino un sistema” y es que a través de él se acorta la brecha de conocimiento. 

En este aprendizaje, las docentes juegan un papel principal. Laura Schneider es maestra de Braille desde hace casi 35 años y lo utiliza desde los 9.

“La enseñanza de este sistema apunta a que la persona con discapacidad visual tenga independencia”, contó la docente a NA y agregó: “a pesar de las modificaciones de la ciencia, el Braille siempre es necesario”. 

Baraja de cartas en tinta y Braille

“Hoy en 2024 el Braille y la tecnología conviven perfectamente, es más, están intrínsecamente unidos”, concluyó Laura.

Tanto Lucía como Laura atravesaron su época escolar con una pizarra y un punzón, mientras sus compañeros tomaban nota con lápiz y papel, a la misma velocidad.

Biblioteca Argentina para Ciegos y disminuidos visuales: https://bac.org.ar/